"El cuento es una casa de palabras"
Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) acaba de publicar dos libros, Tres cuentos de hadas (Siruela) y Pequeño manual de las madres del mundo (RqueR), y anoche recibió el IV Premio Periodístico para artículos de creación sobre la importancia de la lectura, que otorga la Fundación Sánchez Ruipérez, por Instrucciones para enseñar a leer a un niño, publicado en el suplemento dominical de ABC
. Se le ha concedido el galardón por fomentar la lectura infantil. El premio está dotado con 12.000 euros y en anteriores ediciones recayó en Juan José Millás, Fernando Savater y Alberto Manguel.
Tres cuentos de hadas narra la historia de una niña que se hace amiga de un ruiseñor que acaba salvándole la vida; la de un hada que envidia la existencia de los hombres y que habitó en el cuerpo de una niña muerta, haciendo a su madre una mujer feliz, y, finalmente, la de un labrador que descubre en una cesta a la hija que había deseado, y que se acabará casando con un príncipe que encuentra en el monte.
"Recomiendo a los niños los cuentos de los hermanos Grimm o de Andersen"
"La literatura infantil y juvenil no tiene que rehuir el conflicto"
Pequeño manual de las madres del mundo reúne 59 relatos breves, en los que se trata de la fascinación de la mujer cuando se adentra en la maternidad.
Pregunta. ¿Se escribe diferente para el público infantil que para el adulto?
Respuesta. Creo que es lo mismo. Cada historia tiene que tener un tratamiento diferente, pero cuando tienes claro lo que deseas contar, las historias que están dirigidas al público infantil y juvenil te acarrean menos problemas. El niño es capaz de aceptar que exista un dragón, un hada, ruiseñores que hablen, o que una muchacha sea salvada por un príncipe. El niño es capaz de aceptar todo esto sin ningún tipo de condiciones.
P. ¿Cómo surge Tres cuentos de hadas?
R. Habían estado rondando en mi cabeza todas estas historias durante mucho tiempo hasta que un día opté por escribirlas. El libro surge del deseo de contar historias, de relatar cuentos.
P. ¿Hay que creer en la fantasía para poder escribir estos relatos?
R. Crees en la magia que esconden los cuentos porque estás convencido de lo que estás haciendo. Este mundo de magia, fantasía e imaginación forma parte de la literatura.Los cuentos no tienen que ser fáciles, pero sí tener un final feliz para que el niño pueda creer que a pesar de los problemas que encuentras en la vida pueden llegar a solucionarse.
P. ¿Por qué hay tanta tristeza en sus historias?
R. Tres cuentos de hadas trata de ser un reflejo de la sociedad en la que nos encontramos inmersos. La vida no es fácil y por lo tanto la literatura debe mostrar tristeza, que es la memoria de la vida, y el niño debe aprender a reaccionar ante las adversidades. Es un error de la literatura infantil quitar hierro a los problemas con los que se va tener que enfrentar el niño. Su mundo es complejo, derivado del crecimiento, y a medida que se va acercando al mundo de los mayores los problemas irán en aumento. Debe ir preparándose, y por ello en las historias que les vamos contando deben aparecer hechos turbadores, dolor, situaciones reales. Todo esto no podemos hurtárselo al niño, aunque es importante que el gesto final sea una forma de terminar una historia de forma tranquilizadora, transmitir esperanza. Ello le permitirá superar las dificultades, sabiendo que todo es posible.
P. ¿Los cuentos de hadas no les alejan del mundo real?
R Los relatos de hadas no están al margen de lo que discurre por la imaginación de los niños porque el cuento se dirige hacia una dimensión profunda de la psique, y además sirven para reivindicar la palabra. Exploran la vida no vivida y tratan de las grandes pasiones de la vida, como el odio, los celos, el amor o el miedo.
P. Esta misma semana se publica Pequeño manual de las madres del mundo, un libro muy diferente a Tres cuentos de hadas.
R. Son textos pequeños, estampas humorísticas que fueron surgiendo de forma inesperada, incluso para mí. Me pidieron que escribiera un pequeño relato para una ONG y después de publicarse decidí continuar relatando breves historias sobre los distintos tipos de madre que iban apareciendo en mi imaginación.
P. Hay madres trapecista, jirafa, vampiro... y así hasta 59. ¿Son todas la misma?
R. La relación que se establece entre el bebé y su madre es algo especial. Existe una fascinación entre ambos imposible de repetir. Lo primero que ve un niño a diario es el rostro resplandeciente de su madre, y eso en literatura te permite hacer unos juegos maravillosos.
P. Ayer recibió el Premio Fomento de la Lectura de la Fundación Sánchez Ruipérez.
R. Más allá de campañas para que los niños se interesen por los libros lo que hay que fomentar es el interés de los pequeños por los cuentos. El inicio está en la transmisión oral y en esa breve narración que a diario realizan los padres a sus hijos antes de acostarse. Ése es un gesto que le permite al niño adentrarse en la soledad de la noche con tranquilidad y calma. El cuento es como una casa construida con palabras donde el niño encuentra cobijo. El niño al que se le cuentan historias se acostumbra a ellas y queda unido a la palabra y al interés por descubrir por él mismo las historias que esconden las hojas de los libros.
P. ¿Que significa para usted la lectura?
R. La literatura me permite hacer mi vida más intensa, más digna de ser vivida. Mantener vivas las preguntas. Hay un momento especial en mi vida como lector y es recordar a mi madre leyendo. Rememoro esa escena como algo especial: esa mujer abstraída y lo misterioso que a mí me parecía que con un libro en las manos ella pudiese cambiar de gestos en su rostro. La lectura es algo muy íntimo porque a cada uno de nosotros nos permite imaginar y adentrarnos en un mundo de absoluta soledad. Las palabras impresas susurran al lector y tan sólo a él.
P. ¿Cómo se convence a un niño de que debe leer?
R. Es en los cuentos donde se juega el porvenir de los futuros lectores.
P. ¿Cuál fue el autor de sus inicios como lector?
R El capitán Tormento, de Emilio Salgari. Lo recuerdo como un descubrimiento de la aventura.
P. ¿Qué libros recomendaría a un niño?
R. Los cuentos clásicos de los hermanos Grimm o de Andersen, que siguen entusiasmándoles incluso en esta epoca del mundo de la tecnología, y a los que son un poco más mayores, Peter Pan, una historia que es muy compleja y triste. La literatura infantil y juvenil no tiene que rehuir el conflicto.
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