Bruselas exige que no se use agua del Ebro para compensar el trasvase Júcar-Vinalopó
La Comisión Europea condiciona la financiación a que se fije un caudal ecológico del río
La Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea ha dado su visto bueno al trasvase Júcar-Vinalopó, pero con condiciones: el proyecto incluirá un estudio del caudal ecológico del río y lo garantizará antes de transferir recursos; las posibles mermas de reserva no podrán ser compensadas con el agua del Ebro, y la gestión de la infraestructura cumplirá la directiva marco del agua. Estas exigencias van precedidas por apuntes críticos hacia el Gobierno central por la falta de "respuestas satisfactorias" sobre los excedentes y el caudal ambiental, "de importancia vital" para L'Albufera.
El PHN prevé derivar en la zona de Tous 63 hectómetros cúbicos de agua del Ebro
El caudal ambiental es "de importancia vital", según la UE, para mantener L'Albufera
Las condiciones de la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström, para aprobar el trasvase de hasta 80 hectómetros anuales del Júcar al Vinalopó -una obra en marcha y que forma parte del anexo de infraestructuras del Plan Hidrológico Nacional (PHN)- ya están en poder de la Dirección General de Política Regional, cuyo responsable, Michel Barnier, debe certificar si permite, como avanzó que era su intención hace una semana, la financiación europea del proyecto con 80,121 millones de euros sobre los cerca de 230 que cuesta.
Antes de fijar las condiciones para el trasvase el departamento de Wallström destaca que "ciertas cuestiones" no han recibido por parte del Gobierno español "una respuesta satisfactoria". A saber, la superficie "realmente regada" y la que está consolidada como regadío, datos de excedentes del Júcar al haberse utilizado series históricas que sólo alcanzan hasta 1985, y la ausencia "del cálculo del caudal ecológico del Júcar, de una importancia vital para la supervivencia de la zona de L'Albufera", y que afecta al cómputo de los recursos "disponibles" en el Júcar. "Las informaciones transmitidas nos indican simplemente que será suficiente [el caudal], pero no se ha hecho ningún estudio", dice la nota enviada por Medio Ambiente a los servicios del comisario Barnier.
El caudal ecológico es uno de los principales puntos de enfrentamiento en torno al PHN en el caso del trasvase del Ebro, ya que el Gobierno catalán ha exigido un flujo mínimo de 135 metros cúbicos por segundo en el río, lo que impediría la transferencia de los 1.035 hectómetros cúbicos. Precisamente, el Gobierno central ha presentado una enmienda a la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos en la que, con el argumento de aplicar la directiva marco del agua, arrebata al Consorcio de Protección Integral del Delta del Ebro la capacidad de definir ese caudal. En el caso del Júcar, este caudal es una exigencia de ecologistas, los Verdes del Parlamento Europeo, la Fundación Nueva Cultura del Agua y también una recomendación de la Universitat de València ante la intrusión marina que sufre el Júcar.
Así, una de las "condiciones" de la oficina de Wallström es la elaboración de estudios sobre esa circulación ambiental en el Júcar, que deberá estar "garantizada antes de cualquier trasvase". El Plan Hidrológico del Júcar estima las necesidades del parque natural de L'Albufera en 100 hectómetros cúbicos al año provenientes básicamente de sobrantes y retornos, y establece desembalses en Contreras que aseguren un caudal de 400 litros por segundo en el río, que serán 600 aguas abajo de Tous "hasta la toma de la la Acequia Real del Júcar", en Antella. A partir de ahí, no se especifica caudal. Se asignan 200 litros por segundo al Magro, afluente del Júcar, y se añade una previsión de 55 hectómetros cúbicos al año para evitar la intrusión marina procedentes de "salidas subterráneas" por "recarga natural" y retornos.
La Dirección General de Medio Ambiente incide en otros dos puntos de sus condiciones en la relación entre los trasvases del Ebro y del Júcar-Vinalopó, siempre rechazada y negada por el Ministerio de Medio Ambiente, que los considera proyectos independientes. "El Estado miembro no hará ningún aporte de agua a la cuenca hidrográfica del río Júcar para compensar eventualmente el agua detraída de este río hasta 2020 (techo establecido por los cálculos del proyecto)", y si luego se producen necesidades de agua, el Gobierno "deberá resolver este problema con los recursos propios de la cuenca hidrográfica del río Júcar", que "considera excedentaria y sin relación alguna con el trasvase del río Ebro", reza el primer punto del texto. En el punto tercero, tras establecer la exigencia del caudal ecológico, el departamento de Wallström retoma el asunto: "No habrá ningún trasvase -directo o indirecto- del río Ebro hacia la cuenca hidrográfica del río Júcar que pudiera tener como consecuencia la compensación de pérdidas de caudal del proyecto que nos ocupa [el trasvase Júcar-Vinalopó], visto que en principio el agua a transferir debe proceder fundamentalmente de los ahorros de agua de riego", advierte.
El trasvase Júcar-Vinalopó transcurre paralelo al del Ebro, por lo que los detractores del proyecto han insistido en pedir una explicación a esa doble conducción, que multiplica costes e impactos ambiental. Los críticos con el trasvase sospechan que el agua del Ebro acabará compensando los déficits en el bajo Júcar, ya que el río está sobreexplotado y sin excedentes suficientes para ceder al Vinalopó. Y recuerdan, en ese sentido, que el PHN prevé dejar en la zona de Tous un total de 63 hectómetros cúbicos para usos urbanos y agrícolas. La Confederación Hidrográfica del Júcar ha desechado en varias ocasiones la mezcla del agua del Ebro en el embalse de Tous, y lo rechazan también los regantes del Júcar, que no quieren usar esos recursos de peor calidad. El estudio de impacto ambiental del trasvase del Ebro concreta la conducción principal, pero no las redes de distribución "a los centros de consumo" en balsas o tomas de agua, como explicó el pasado junio la Confederación Hidrográfica del Júcar. Por ello, la Fundación Nueva Cultura del Agua y los ecologistas mantienen su temor de que el destino final de esos 63 hectómetros cúbicos a derivar en Tous sea la compensación a la pérdida de caudal del Júcar.
La última de las condiciones exige que "en la gestión" de las aguas del trasvase se respete la Directiva Marco del Agua que, entre otras cuestiones, exige que no se deterioren las masas de agua y recomienda la recuperación de los costes de las obras, lo que afecta a las tarifas del agua.
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