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Todo un referente

Nuevos aires recorren los ambientes del vino. Diversos foros y aficionados, cansados de los nuevos vinos, se afanan por imponer una vuelta a lo clásico. Tal vez son los mismos que, en sus inicios, intentaban sepultar a los clásicos riojanos. En este siglo XXI, no sabemos por qué surgen estas corrientes retro, aunque quizá sea por desconocimiento, por no tener acceso a todas las novedades o por consanguinidad con algún miembro de la bodega. La batalla que libran es volver a lo clásico sin saber diferenciar el polvo de la paja.

Clásico o moderno que más da; lo importante es ser consecuente con la línea de trabajo impuesta en la casa y respetuoso con el entorno y el consumidor, pues al final el aficionado es libre y encuentra el placer de Baco de muchas maneras.

Bodegas Marqués de Murrieta pertenece a ese grupo de bodegas clásicas riojanas. No en vano es de las más antiguas de la zona y su más de 150 años de existencia le hacen ser un referente de calidad para el público. Sus vinos, por tanto, deben ser clásicos, siguiendo la norma de la casa: vinos finos, elegantes y profundos, donde las notas de frutos secos, cueros y acidez marcada, a pesar de la larga crianza de los mostos, son lo que su clientela espera encontrar. En este apartado, los responsables de la bodega nunca fallan.

Viajar a través del viñedo y de los calados de Marqués de Murrieta es un viaje a la historia del vino. Pocas bodegas en España pueden presumir de atesorar añadas de tres siglos. Vinos elaborados a partir de sus propios viñedos, unas 300 hectáreas, donde conviven la tempranillo, mazuelo, garnacha, graciano con el aporte de la cabernet sauvignon. La novedad de la bodega es el Dalmau Reserva, un tinto de más estructura y volumen que sus hermanos Castillo de Ygay y Marqués de Murrieta, pero siguiendo la marca de la bodega en mostos de justo armazón para ser bebidos.

Para el mercado exterior elaboran un monovarietal de mazuelo, una casta muy mediterránea de aromas balsámicos y minerales con un paladar de fruta madura, elegante y sabroso. Bodega clásica en tiempo, pues, pero con nuevos productos bien elaborados bajo la pasión de su joven enóloga, María Vargas.

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