Nooteboom: "La poesía es la sede de mi empresa; el resto de mi obra son sucursales"
El escritor, que publica sus mejores poemas, recibe el homenaje del Círculo de Bellas Artes
"La poesía es lo más importante para mí. Leo más poesía que novela. Y mis poemas son la sede principal de mi empresa. Mi prosa, el resto de mi obra, los ensayos, cuentos de viajes, novelas, artículos, son sólo las sucursales. Jamás habría escrito como escribo sin la poesía". Así presentó ayer Cees Nooteboom (La Haya, 1933) su antología poética bilingüe Así pudo ser (Huerga & Fierro). Fue antes de recibir la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes, que tributó por la tarde un cálido homenaje a este holandés lúcido, errante, bromista, amante de España y casi eterno aspirante al Nobel: "Como dijo mi amigo Hugo Claus, deberían dármelo ya, aunque sólo sea por razones humanitarias".
Cees Nooteboom compareció por la mañana ante la prensa junto a su mujer y compañera de periplos, Simone Sassen, que acaba de inaugurar en la galería Juana Mordó del Círculo la exposición de fotos Piedras, resultado de sus viajes comunes por todo el mundo y de "dos obsesiones compartidas": los pedruscos y las tumbas de poetas y escritores.
El catálogo mezcla las imágenes de Sassen de las famosas piedras de Menorca (allí vive la pareja cuatro meses al año) con las de las sepulturas de, entre otros, Borges, Stevens, Vallejo, Joyce, Brodsky, Brecht, Valéry, Yeats o Benjamin, y los poemas de Nooteboom sobre algunos de ellos y sobre otros, como Virgilio. "La quietud de las piedras y los poetas muertos nos gustan mucho", explicó Nooteboom, "quizá porque es el contraste a nuestro movimiento continuo. De hecho, mi obra está llena de contrastes y mi vida también: mi mejor forma de estar quieto es viajar".
Más aún, la dicotomía tristeza / felicidad es el motor de su obra, admitió el autor de El desvío a Santiago: "Si viajas mucho sientes a menudo esas dos cosas: ves la tristeza y la miseria, y al mismo tiempo la alegría exaltada con que vive la gente. Incluso en sitios como Benarés, donde muchos tienen como meta ser incinerados en el Ganges. Lo absurdo, lo triste, lo trascendente y lo alegre casi siempre van unidos".
Nooteboom respondió con humor a casi todo. Sobre el asesinato de Pim Fortuyn, líder derechista holandés, dijo: "Fue una pena que lo mataran. Aunque no sabemos adónde habría llegado, Fortuyn no era un racista como Haider. Y la prueba es que en un debate un imam marroquí le acusó de ser un racista y no saber nada sobre Marruecos, y Fortuyn, que era homosexual, le contestó: 'Sé mucho más que usted porque duermo con ellos".
Más en serio, Nooteboom añadió que "la ultraderecha representa hoy la inseguridad e irritación de muchos ciudadanos ante la pérdida de eficacia de los Estados que privatizan teléfonos, trenes y hospitales".
Tras criticar a los políticos de Menorca -"trataron muy mal a Eduardo Chillida al no responder seriamente a su oferta de realizar una obra en la isla"-, volvió a hablar el poeta culto y contemplativo. Dijo que está orgulloso de que la selección de Huerga & Fierro, que presentan hoy en el CBA (19.00) Clara Janés y el traductor, Fernando García, acerque a los lectores españoles su faceta menos conocida; contó que la tumba de Vallejo en París parece un altar de santería ("hay perfume, guantes, un lápiz, un cigarrillo"), mostró su amor por Aleixandre, Gil de Biedma, Blas de Otero, Machado o Lorca (a quienes tradujo al neerlandés), añadió que lee "pero con dificultad" a Espriu y a Gimferrer en catalán, y afirmó que planea seguir escribiendo su serie sobre héroes y tumbas para hacer "un libro grande con Siruela".
El director del Círculo, César Antonio Molina, explicó que el homenaje al irónico autor holandés se basa en "su fascinante obra literaria, su 70º cumpleaños, y su gran conocimiento del arte y la literatura de este país".
Babelia
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