_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Santos Franco y Pinochet

El martes leí el relato del acto en los dominicos de Madrid en homenaje a Franco: se pidió su canonización (El Periódico, Salomé García). Manuel Garrido, autor de Francisco Franco, cristiano ejemplar, alegó que si firmó penas de muerte, también firmó indultos: san Franco, el indultador. Y lo dijo Millán Puelles, los más viejos recuerdan al filósofo (1921), que aclaró que los santos no habían tenido más remedio que eliminar a sus enemigos: san Luis, rey de Francia; san Francisco de Borja, virrey de Cataluña, o el rey san Fernando, en vida Fernando III. Su sabiduría traspasa los regímenes: en 2001 Aznar le dio la Gran Cruz de Alfonso el Sabio.

Me coincide la noticia con la reaparición de Pinochet en la televisión, y explica él que los represaliados eran mala gente. Me acuerdo de Pedro Sainz Rodríguez, conspirador de 1936, primer ministro de Instrucción Pública con Franco; muy viejito, le pregunté cómo fue posible que hubiese depurado a maestros, profesores y catedráticos: "Es que eran muy malos, hijo, muy malos", me contestó el gran especialista en poesía mística española. Carlos Hunneus, historiador chileno, recuerda (también en El Periódico) las identidades entre Franco y Pinochet, desde antes de que Pinochet tomara el poder, en la derecha del país: "Franco fue una figura admirada por estos sectores: principalmente porque había 'echado a los rojos'. Tres décadas más tarde vieron en la experiencia europea marco de referencia para definir el carácter del nuevo orden político durante los primeros años de la dictadura. Estos antecedentes históricos explican el tremendo impacto que tuvo en la derecha que fuera precisamente la justicia española la que exigiera la detención de Pinochet en Londres". Es este error al no considerar lo absoluto del mal que portábamos nosotros (¡aún seguimos, torpes pesados!) lo que induce a pensar que los cabrones asesinos miserables eran estos beatones; y otros que viven por el mundo. Quienes lo saben los defienden: no piden su santidad, pero evitan sus condenas. Los rojos querían un recuerdo del Congreso en honor de los asesinados por Franco y por su santa cruzada: la Rudi, el Arenas y otros se lo han negado porque era "arqueología del rencor". No habrá acto institucional: pero sí libre en la sala de columnas del Congreso, el 1 de diciembre a las once. Mientras, los otros preparan la canonización. Quién sabe si ya será santo algún asesino de rojos, precisamente por serlo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_