Sharon advierte a los palestinos de que su paciencia se agota

La construcción del muro no sólo no se parará, sino que además irá más rápido, afirmó ayer Ariel Sharon. Con este anuncio, el primer ministro israelí desafiaba a EE UU, que 24 horas antes había decidido reducir en 300 millones de dólares su ayuda indirecta a Israel como castigo por el levantamiento de esta "valla defensiva de seguridad" que cuenta ya con más de 180 kilómetros de longitud, y amenaza con asediar a los dos millones de palestinos que viven en Cisjordania.

El desplante del jefe de Gobierno hebreo a la Casa Blanca amenaza con agravar la crisis abierta desde hace varios meses entre los dos países. "Hoy aceleraremos la construcción de la valla y no la pararemos porque es vital para la seguridad del Estado", aseguró Sharon a los directores de la prensa israelí con los que se reunió ayer al mediodía en su cuartel general de Tel Aviv. Sharon reconoció ante este auditorio la existencia de discrepancias con EE UU, pero anunció que las críticas de la Casa Blanca no le obligarían a cambiar de rumbo su política, ni a ceder en este punto, ya que está en juego la "seguridad de Israel y de sus habitantes".

Sharon, consciente del alcance del reto lanzado contra EE UU, trató de minimizar los riesgos de un enfrentamiento con su aliado vital y añadió en tono displicente que todo estaba calculado y estudiado, y que incluso "hay un acuerdo [con Washington] sobre la forma de estar en desacuerdo. Siempre ha habido puntos de divergencia con EE UU. Incluso se han opuesto a la creación de asentamientos judíos en Judea y Samaria".

El primer ministro israelí, como si no le importara ningún tipo de enfrentamiento, lanzó también una seria advertencia a la Autoridad Nacional Palestina y al nuevo jefe de Gobierno, Ahmed Qurei, (conocido como Abu Alá), reticente a celebrar su primera reunión con Sharon, que ha condicionado a varias medidas unilaterales, entre ellas la paralización del muro.

"Les digo a los palestinos que disponen de un tiempo limitado y que nuestra paciencia tiene también un límite. Los palestinos deberían de haber comprendido ya que lo que no han obtenido hoy no podrán quizás obtenerlo mañana. Se puede llegar a la conclusión de que no hay por qué esperar a un Gobierno palestino tras otro, y de que acabaré adoptando medidas unilaterales", añadió Sharon. El primer ministro mencionó la retirada de algunos territorios, aunque no especificó cuáles ni cuándo. "Es obvio que al final no estaremos en todos los lugares en los que estamos ahora".

Sharon criticó de manera agria los Acuerdos de Ginebra, que serán firmados por representantes pacifistas israelíes y palestinos el próximo 1 de diciembre en una reunión en Suiza a la que asistirán personalidades de todo el mundo, incluido el ex presidente Jimmy Carter, y con la que se intentará relanzar el diálogo en la región. Esta iniciativa fue calificada por el primer ministro israelí de "enojosa y embarazosa para Israel" y aseguró que es "un error dar tal espectáculo", ya que entre otros problemas podría "comprometer la aplicación de la Hoja de Ruta".

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, respondía ayer a Sharon anunciando que EE UU iba a lanzar en breve una gran ofensiva respaldando el plan de paz establecido en la Hoja de Ruta, en el que se contempla la proclamación de un Estado de Palestina a finales de 2005.

Powell, en declaraciones efectuadas a la radio pública norteamericana, acogió al mismo tiempo de manera favorable las dos iniciativas de pacificación diseñadas por la izquierda israelí y los moderados palestinos, que han sido bautizadas como la Voz del Pueblo y los Acuerdos de Ginebra. "Saludamos las dos iniciativas, pero no son más que ideas, que no representan más que las posiciones de sus autores", finalizó Powell.