"Para mí es muy importante que haya un PSOE valiente"
En plena vorágine de la negociación para formar el primer Gobierno de Cataluña sin Jordi Pujol, el líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod Rovira, de 51 años, no suelta prenda sobre si pactará con CiU o con el PSC, pero muestra sus preferencias en el tablero español.
Pregunta. ¿Con quién harán el Gobierno, con Artur Mas o con Pasqual Maragall?
Respuesta. (Se ríe) Lo que puedo decirle es que todo va muy bien.
P. ¿Con quién se lleva mejor, con Mas o con Maragall?
R. Con Pujol y con Montilla.
P. En una entrevista reciente usted decía que no se incómoda si le llaman pujolista.
R. Hombre, yo no soy un pujolista. Siempre me he definido como un catalán de izquierdas. Ahora bien, si por pujolista se entiende lo que eso representaba en el inicio de la transición, es decir, un antifranquismo democrático, de tinte socialdemócrata...
"Los acuerdos de Santillana no cierran puertas, pero son poco valientes"
"El PP tiene una visión de España antipática, que no nos atrae ni nos interesa para nada"
P. En aquel momento no había pujolismo.
R. Es una cierta sensibilidad. El Pujol del inicio. Se lo dije una vez a él mismo: el problema de Pujol no es el principio, es el final.
P. ¿Ha durado demasiado?
R. No sólo ha durado demasiado. Es que ha terminado con malas compañías.
P. Si es así, ¿no ha llegado el momento de que los pujolistas pasen a la oposición? Ustedes se han pasado la campaña electoral pidiendo la llave para decidir, y ahora que la tienen no deciden.
R. Claro que decidimos. Un gobierno de concentración nacional, en primera instancia. Si lo rechazan tendremos que hacer otra cosa.
P. Haga lo que haga, ERC desengañará a una de sus dos almas, la nacionalista o la de izquierdas.
R. En Esquerra sólo hay un alma, la catalanista de izquierdas. Otra cosa puede ser entre los electores. Pero si nosotros estamos en el gobierno, allí estará nuestra alma.
P. El ascenso de ERC ha alarmado a parte de la opinión pública española. ¿Puede explicar qué cree que debería hacerse con la Constitución?
R. Si hay una reacción, comprensible, en una parte de la opinión pública española, se debe a un desconocimiento muy grande de la situación política catalana. ¿Cómo puede ser que se pregunte ahora quiénes son esa gente de Esquerra Republicana? Es un partido con 72 años de historia, el decano de la política catalana. Y es un partido que habla claro y explica que queremos una Cataluña soberana en el marco europeo, por la vía de siempre, que es la democrática, y que así será si lo quiere la mayoría democrática en las urnas. Y si no lo quiere, pues pasará lo que tiene que pasar, es decir, nada.
P. Pero, acerca de la Constitución, su reforma o no reforma, ¿qué dice?
R. Es insólito que, tras el anuncio de la boda del príncipe Felipe, algunos medios de comunicación hayan defendido la modificación de la Constitución en lo que tiene de discriminación de género y se cierren a toda otra reforma. Si algunos están dispuestos a reformarla por una familia, yo quiero reformarla por todo un pueblo.
P. Y para esta legislatura que empieza, ¿qué pretende conseguir en esta materia?
R. Aquí hay cuatro partidos que quieren dar un paso adelante en materia de autogobierno y de financiación, por muchos motivos: la realidad española ha cambiado, España está en la Unión Europea, hay fenómenos nuevos como la emigración, las nuevas tecnologías, una nueva generación que no votó el Estatuto...
P. Todo esto requiere un acuerdo con el PSOE y el PP. ¿Cómo piensan afrontar esa realidad?
R. El modelo de España que está construyendo el PP es antipático, sin capacidad de atracción. Además de no ser amable, no tiene ningún interés, ni económico, ni material, ni cultural, ni democrático para mucha gente en Cataluña, que se siente cada vez más incómoda con él. Por lo tanto, el escenario más democráticamente deseable para nosotros es que el PP pierda la mayoría absoluta. Y que finalmente el PSOE sea un partido valiente. Es decir, que se siente en una mesa y sea capaz de hablar con los partidos de tradición democrática de la periferia plurinacional del Estado. No por esto dejaremos de ser independentistas, pero estaremos más cómodos en una España con más respeto por la diversidad.
P. ¿Qué le parece la evolución reciente del PSOE?
R. Tiene el mismo problema que tenía ya la izquierda española durante la República. No es lo mismo un Bono, un Vázquez o un Rodríguez Ibarra, que el partido de Maragall, Iglesias, Antich, Pla, Gema Zabaleta, Odón Elorza. Y Chaves no es lo mismo que ninguno de estos dos grupos.
P. ¿Y Rodríguez Zapatero?
R. Parece que nade entre dos aguas. Creo que el principal gesto de valentía que debe hacer Zapatero es desmarcarse del PP en esta política de Estado. Tener una política y una estrategia propias sobre la articulación de la diversidad
P. ¿Considera suficientes los acuerdos de Santillana del Mar para la reforma del Estatuto?
R. Lo que hacen los acuerdos de Santillana de Mar es no cerrar las puertas a las iniciativas que surjan de los parlamentos autónomos. Es positivo. Lo dije en su momento y lo dijo el lehendakari Ibarretxe. Lo que pasa es que es un documento poco valiente. Porque si es el documento de los federales y el federalismo no sale allí ni una sola vez, pues ya me dirá.
P. ¿Se deduce de ello que ustedes no pueden llegar a un acuerdo con los socialistas en Cataluña?
R. No, no. Estamos hablando del PSOE, no del PSC.
P. Cierto, pero tienen sus vínculos.
R. Sí, pero esto es un asunto del PSC, no de Esquerra.
P. Si tienen que llegar a un acuerdo con el PSC, esta relación con el PSOE formará parte del escenario.
R. Si tenemos que llegar a acuerdos con CiU, PSC o Iniciativa per Catalunya-Verds, es con ellos con quienes hablamos.
P. Veo que no comparte aquella posición de Pujol, que decía: "Si tengo que entenderme con los socialistas, ya hablo con González, con el PSOE".
R. Era una forma de desconsideración hacia el PSC. La posición de ERC desde que yo soy secretario general es tener una relación de intercambio de comunicación con los partidos españoles de izquierdas. Yo me he entrevistado con Almunia, Zapatero, Anguita, Llamazares.
P. ¿A qué atribuye que Aznar y el PP hayan querido colocarles en el centro del debate electoral?
R. Aznar quiere trasladar a Cataluña la situación de crispación del País Vasco. Pero no lo conseguirá. Porque nada es igual. Nada. Cataluña quiere y ha querido siempre defender sus ideas exclusivamente a través de mecanismos democráticos y pacíficos.
P. ¿Cómo piensa hacer frente a esta política?
R. Para mí es muy importante que haya un PSOE valiente. En España tenemos que entendernos con el PP o el PSOE y ya hemos visto que con el PP es imposible. Buena parte del compromiso que tendrá que adquirir el próximo Gobierno catalán es negociar en Madrid la reversión de toda la involución autonómica, social y democrática de estos últimos años.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Declaraciones prensa
- ERC
- Pactos postelectorales
- Josep Lluís Carod Rovira
- VII Legislatura Cataluña
- PSC
- Comunidades autónomas
- Gobierno autonómico
- Pactos políticos
- Parlamentos autonómicos
- Generalitat Cataluña
- Administración autonómica
- PSOE
- Política autonómica
- Cataluña
- Parlamento
- Gente
- Partidos políticos
- España
- Administración pública
- Política
- Sociedad