Listas de espera
Loable propósito el de la nueva presidenta de la Comunidad de reducir las listas de espera hospitalarias, pero ¿por qué no echa un vistazo a las listas de espera ambulatorias? Acudir al médico de cabecera puede suponer tres días de demora, teniendo en cuenta que los crónicos son controlados una vez al año por el médico de cabecera. Además, se les hace un seguimiento mensual por la enfermera de este médico; cuando necesitas atención médica ¡ya!, no puedes esperar tres días; con un poco de suerte, te podrá atender por teléfono.
Digo con un poco de suerte porque es verdaderamente difícil que la persona que se ocupa de ello pueda hacerlo si llamas después de las 8.30 de la mañana; a esa hora empieza la consulta, con una larga cola de personas que, aburridas de no poder pedir cita telefónica para el médico de cabecera, acuden al ambulatorio correspondiente. A éstas se unen las que piden cita para la enfermera, análisis o primeras citas para los especialistas... Lo normal es una cola de diez o doce personas esperando.
Si el especialista te hace un seguimiento, la cola de personas para pedir cita en el ambulatorio es mayor: sólo en una mañana se dan citas para los distintos especialistas a 1.000 personas, independientemente de las que vayan por la tarde. Tres meses de espera para la consulta del ginecólogo y seis para la de oftalmología son demasiado, pero, si tenemos en cuenta que el ambulatorio de la calle Hermanos Miralles, que es el que me corresponde, tiene los mismos especialistas o quizá menos que cuando se construyó e inauguró a finales de los años cuarenta o principios de los cincuenta del siglo pasado... Y si consideramos que la población ha aumentado considerablemente... Abren un nuevo consultorio de médicos de cabecera y cierran otro en la misma zona, con lo cual lo único que se hace es modernizarlo un poco.
Por ello, seguimos con el mismo número de médicos de cabecera y especialistas que en los años cincuenta o sesenta del siglo pasado, cuando no había listas de espera porque había médicos suficientes para atender a los usuarios de entonces, que eran menos que en la actualidad.
Puesto que la Constitución Española dice que todos los españoles tenemos derecho a estos servicios médicos -que mantenemos con nuestros correspondientes impuestos, que ya nos descuentan al cobrar la nómina-, esta española le pide a la presidenta de la Comunidad que también revise las listas de espera ambulatoria para evitar otra lista de espera hasta para pedir consulta médica.
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