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Comienzan las jornadas sobre la literatura actual de Bélgica

Tres escritores belgas de amplio espectro, una francófona (Caroline Lamarche), dos flamencófonos (Stefan Hertmans y Geert van Istendael) y un poeta en francés (Carl Norac), participarán hoy y mañana en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (Alcalá, 42, a las 19.30), en unas jornadas en las que, junto a otros autores, traductores y editores españoles, se explorará la identidad cultural y el mestizaje de la ciudad.

La tercera edición de Literatura viva de Bélgica servirá para presentar la traducción española, de Julio Grande, de Ciudades (Editorial Pre-Textos), de Hertmans, y Señas de identidad (Editorial Vitruvio), una antología de Sergio Rodríguez de la poesía francófona contemporánea de Bélgica.

Bélgica es un país complejo, fragmentado hasta el paroxismo, con una identidad definida por la vecindad entre flamencos del norte (seis millones) y valones del sur (cuatro millones), que tienen a gala ignorarse mutuamente: la tensión y enfrentamiento violento entre tradiciones culturales de otras latitudes toma en Bélgica la forma del más puro desinterés.

La lengua está en el núcleo de la división, lo que en la vertiente de la creación literaria supone que "los escritores flamencos miren hacia Holanda, y los francófonos se vuelvan hacia París", según Sigrid Bousset, de la organización literaria Het Beschrijf. De ese desentendimiento en el propio país resulta que "España es un punto de conexión entre las dos lenguas", dice Bart Vonck, traductor de García Lorca al neerlandés.

Nacionalismo furtivo

El Círculo de Bellas Artes acoge hoy la primera sesión de Literatura viva de Bélgica, donde Vonck leerá fragmentos de Ciudades, una colección de textos sobre diversas localidades (Viena, Dresde, Trieste, Venecia y Sydney, entre otras) que conjugan historia, literatura y pasión. El cuerpo de la amante encontrada en el viaje se convierte para Hertmans en encarnación de la ciudad visitada. En el capítulo titulado Intercity, sobre la relación entre Bruselas/Amsterdam y Bélgica/Holanda, el autor habla del sentimiento de nacionalismo furtivo que embarga a los flamencos que visitan Amsterdam y cómo la pérdida del acento propio entre los neerlandófonos belgas para asumir el estándar de los 16 millones de vecinos del país del norte "es visto como una concesión al imperialismo lingüístico holandés".

Hertmans, ya conocido en España por su Antología de Poemas (Calima), estará en Madrid junto a Geert van Istendael, profundo explorador de Bélgica y Bruselas, y otro autor que agoniza sobre la identidad de lo belga. Su libro más popular es El laberinto belga, aún sin traducción española, donde explica la ambigüedad y la dicotomía de la belgitud.En los debates se hablará sobre cómo los escritores traducen la ambigüedad que la identidad ha conquistado en el ambiente urbano y de la peculiaridad de Bruselas, físicamente enclavada en la mitad flamenca del país, pero habitada sólo por un 15% de neerlandófonos.

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