El reciclaje más transparente
Los andaluces recuperarán este año más de 50.000 toneladas de vidrio usado
En dos décadas el reciclado del vidrio en Andalucía ha pasado de ser una rareza a convertirse en una de las prácticas ambientales que mayor respuesta social obtiene, lo que se traduce en un importante ahorro de combustible y materias primas, además de contribuir a una notable reducción en el volumen de desechos que van a parar a los vertederos.
Los primeros 14 contenedores para recoger este material se ubicaron en el municipio de Dos Hermanas (Sevilla) en enero de 1983. A finales de ese año eran ya 12 las localidades en las que se habían instalado 134 puntos de recogida, de los que se retiraron casi 267 toneladas de vidrio.
Aquellas cifras resultan hoy ridículas, ya que en toda Andalucía se han instalado hasta ahora más de 15.000 contenedores, a los que fueron a parar, durante 2002, 45.217 toneladas de vidrio. En los primeros seis meses de este año se han superado las 27.000 toneladas, por lo que es muy posible que, a final de este ejercicio, se rebasen las 50.000 toneladas.
Después de un cierto estancamiento, la tasa de reciclaje en Andalucía no ha dejado de crecer a un ritmo imparable. En 2001 se anotó un incremento del 13% con respecto al ejercicio anterior, y en 2002 este porcentaje se situó en el 16%. Cifras similares se esperan a finales de 2003, debido, sobre todo, al notable incremento en el parque de contenedores. El objetivo fijado en el Plan Nacional de Residuos (un contenedor por cada 500 habitantes antes del año 2006) se ha alcanzado ya en Andalucía. El crecimiento en las tasas de reciclaje va a depender, por tanto, de un mayor grado de sensibilización de los ciudadanos.
En este sentido, las provincias donde se registra una mayor colaboración son Málaga, con casi siete kilos y medio de vidrio recogido por habitante y año, y Granada, donde también se superan los siete kilos. A la cola se sitúan Almería y Huelva, que no llegan a los cuatro kilos. La progresión en algunas provincias es espectacular, ya que en Sevilla, por ejemplo, la tasa de reciclaje creció un 42% entre 1998 y 2002, y en Jaén se duplicó en idéntico periodo de tiempo. De esta manera, la media andaluza se fija en torno a los seis kilos/habitante/año, cifra que aún está por debajo de la media nacional (9,5 kilos) y muy lejos de lo que se consigue en Baleares (19 kilos) o el País Vasco (18,6).
La recogida y reciclado del vidrio tiene una doble rentabilidad: ecológica y económica. Por un lado se reduce el volumen de las basuras urbanas, con lo que disminuye la inversión que al tratamiento de estos residuos destinan los ayuntamientos.
El ahorro energético no es menos importante. Por cada tonelada de nuevos envases fabricados a partir de material reciclado se ahorran unos 130 kilos equivalentes de petróleo. Trasladando estos datos al balance andaluz, a finales de 2003 se habrán ahorrado unas 6.500 toneladas de combustible.
Por último, el ahorro en materias primas es aún más significativo. Al no existir pérdidas en el proceso de reciclado, de cada kilogramo de envases usados se obtiene idéntica cantidad de nuevos envases y se ahorran 1,2 kilogramos de materias primas. La calidad se mantiene inalterable, de forma que el ciclo puede repetirse hasta el infinito. Si no se recicla, una botella de vidrio tarda más de cien mil años en desintegrarse.
En España, uno de cada tres envases de vidrio procede ya de material reciclado, lo que supone que más de 1.700 millones de botellas y otro tipo de envases son fabricados todos los años a partir de la materia prima que se retira de los contenedores. Se recupera, por tanto, alrededor del 30 % del vidrio consumido, porcentaje que aún está muy alejado de las cifras que se obtienen en Bélgica (95%) o Alemania (90%), y que nos sitúa entre los países menos comprometidos con esta práctica, como Turquía (23%) o Grecia (27%).
La asociación de fabricantes de vidrio (Anfevi) considera que, a pesar de los avances que se han manifestado en estos últimos años, será difícil que España pueda cumplir con el compromiso adquirido ante la Unión Europea, que nos obligaría a reciclar el 60% del vidrio consumido en el horizonte del año 2006. Para esa fecha, estiman los empresarios del sector, es muy posible que aún no hayamos superado la tasa del 45%.
sandoval@arrakis.es
El esfuerzo de adelgazar
No todo el esfuerzo por ahorrar energía y materias primas recae del lado de los consumidores. Al margen de que éstos depositen un mayor volumen de envases usados en los contenedores de vidrio, los fabricantes de este material tratan de aligerar su peso sin que disminuyan sus prestaciones. Aunque es difícil que los ciudadanos hayan advertido este cambio, entre 1978 y 2001 el peso medio de un envase de vidrio se redujo en un 21,5%.
La reducción más notable se ha conseguido en los envases de un litro destinados a licores, que en 1978 pesaban como media 650 gramos y hoy rondan los 500 gramos. También los populares tercios de cerveza han adelgazado en estos años, pasando de 275 gramos a unos 225, y las botellas de litro destinadas a esta misma bebida pesan ahora casi un 16% menos que hace dos décadas.
La investigación en este campo también se ha trasladado al sector de los envases de cartón. Un brik pesa hoy alrededor de un 20% menos que a comienzos de los años ochenta, por lo que bastan entre 25 y 28 gramos de materia prima para contener un litro de leche o de zumo. De un metro cúbico de madera se obtiene pasta de papel suficiente para fabricar unos 13.300 envases de este tipo.
El reciclaje de brik no llega a alcanzar las tasas que se anotan en el caso del vidrio, aunque en toda España son ya más de 22.000 toneladas de envases de cartón las que se recogen todos los años, lo que supone un índice de reciclado cercano al 16%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Recogida basuras
- Tratamiento residuos
- Desarrollo sostenible
- Impacto ambiental
- Reciclaje
- Comunidades autónomas
- Limpieza viaria
- Limpieza urbana
- Residuos
- Política ambiental
- Administración autonómica
- Protección ambiental
- Andalucía
- Problemas ambientales
- España
- Industria
- Administración pública
- Medio ambiente
- Saneamiento
- Salud pública
- Política sanitaria
- Equipamiento urbano
- Urbanismo
- Sanidad
- Salud