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Cada universidad podrá seleccionar a sus alumnos con exámenes y entrevistas

Un borrador de decreto señala que la nota de bachillerato no podrá contar menos del 60%

A partir del curso 2005-2006, las universidades podrán admitir a los alumnos tras realizarles pruebas de evaluación específica de conocimientos o aptitudes personales (mediante entrevistas o exámenes, por ejemplo) y tener en cuenta criterios como las calificaciones de la reválida, las notas obtenidas en materias concretas y la formación académica o profesional complementaria a la oficial (por ejemplo, en inglés). Así lo señala el borrador de real decreto que regula el acceso a la Universidad. El texto añade que en las pruebas, "la ponderación del bachillerato no podrá ser inferior al 60% del resultado final", pero permite a los centros dejar plazas vacantes si los alumnos no superan las pruebas de admisión.

Este borrador de real decreto, al que ha tenido acceso EL PAÍS, desarrolla la Ley Orgánica de Universidades (LOU) y se encuentra a debate en el Consejo de Coordinación Universitaria (un órgano consultivo), desde el que ha recibido críticas, especialmente por dejar abierta la posibilidad de que las universidades dejen plazas vacantes. La comisión académica de este organismo se pronunció mayoritariamente en contra de que se dejen plazas sin cubrir cuando hay alumnos que las demandan, tal y como se recoge en su informe.

Seguirá habiendo (como ahora con la selectividad) un número concreto de plazas para cada titulación, que determinará el Consejo de Coordinación Universitaria antes del 1 de junio de cada año. Pero el texto señala que "el derecho de los alumnos a ser admitidos en una titulación estará condicionado al número de plazas disponibles y las universidades públicas no podrán dejar plazas vacantes previamente ofertadas, siempre que cumplan los requisitos establecidos". Pero esos requisitos son haber superado la prueba de admisión correspondiente, según especifica más adelante el texto.

La implicación de esta medida la explica el presidente de los Conferencia de Rectores de las Universidades Española, Juan Vázquez: "Se está decidiendo entre un sistema que apuesta por el derecho a la educación y por el servicio público o por otro elitista, en el que se permite a universidades públicas tener pocos alumnos muy seleccionados y dejar plazas vacantes".

Críticas

Otro aspecto criticado por algunos rectores ha sido la regulación de estas pruebas antes de aprobarse la Prueba General de Bachillerato (PGB) o reválida. Por tanto, las universidades no saben si la nota de esta prueba serviría en algunas facultades y escuelas universitarias directamente para seleccionar a los estudiantes.

Con la implantación de la reválida y las pruebas de acceso específicas desaparecerá la selectividad, que está organizada de forma coordinada mayoritariamente por las universidades. En la reválida, establecida por la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) no participarán estos centros.

El borrador de real decreto de acceso a la Universidad deja bien claro que se podrán hacer pruebas de acceso, después de haber superado la reválida: "Las universidades podrán establecer con carácter complementario y específico procedimientos de admisión de estudiantes en sus enseñanzas de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional".Se especifica que podrán poner estas pruebas todas aquellas enseñanzas "en las que sea preciso evaluar habilidades específicas necesarias para poder cursar los estudios de que se trate". Entre estas pruebas podrá haber, por ejemplo, entrevistas personales, al estilo de las que hacen las universidades anglosajonas; evaluaciones de los currículos de los alumnos, y un sistema de puntos según las notas obtenidos en el bachillerato o en la reválida o Prueba General de Bachillerato (PGB). Actualmente, éstas se realizan ya en Bellas Artes, Traducción e Interpretación y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.

En todas las carreras en las que hay más demanda que oferta de plazas (como las ingenierías, Periodismo, Fisioterapia o Medicina, por ejemplo) será necesario realizar unas pruebas de acceso específicas, a no ser que se tenga en cuenta exclusivamente la nota de la prueba de la reválida, posibilidad que descartan numerosas universidades. Esta prueba no está destinada a regular el acceso a la Universidad sino a permitir a los alumnos obtener el título de Bachiller.

Otro de los problemas será la itinerancia de los estudiantes por distintas universidades españolas para realizar las pruebas que les permitan optar a una plaza en la carrera o las carreras que prefieran. Las universidades intentarán resolver esta situación llegando a acuerdos por comunidades autónomas o para toda España.

Juan Vázquez señala que éste es un aspecto clave: "Hay que buscar procedimientos que faciliten el proceso a los estudiantes y a las universidades. Es necesario encontrar un mecanismo que permita articular el sistema para que los alumnos no tengan que ir de universidad en universidad haciendo pruebas de acceso".

En el real decreto, el Gobierno insta a las comunidades autónomas a establecer "mecanismos de coordinación entre las universidades de su territorio" y sistemas de reconocimiento mutuo de los procesos y resultados establecidos por ellas.

Con la LOU, los estudiantes deberán tener el título de Bachiller para poder acceder a una carrera universitaria y para obtenerlo deberán haber superado la prueba de reválida. Los alumnos que accedan desde el extranjero deberán homologar los estudios cursados con el título de Bachiller.

Estudiantes durante la prueba de selectividad en Barcelona, en 2002.
Estudiantes durante la prueba de selectividad en Barcelona, en 2002.TEJEDERAS

Dificultades para la movilidad

"Los aspirantes a iniciar estudios universitarios en una titulación podrán realizar la solicitud en la Universidad de su elección, con independencia de dónde hayan realizado los estudios previos". Es decir, con esta norma se generaliza al 100% el distrito abierto (la posibilidad de iniciar estudios en una comunidad autónoma distinta de la de residencia) que se venía implantando progresivamente en los últimos años.

Sin embargo, algunos rectores sostienen que el nuevo acceso a la Universidad es contrario al espíritu del distrito abierto al no establecer un sistema que sea homologable en toda España, como ocurre ahora con la selectividad. El porcentaje de estudiantes que actualmente se marchan a estudiar la carrera a una universidad de una localidad distinta a la que residen ronda el 8%.

Con la nota de selectividad y el distrito abierto, todos los estudiante pueden competir por una plaza directamente en cualquier universidad.

Otra novedad que introduce el texto es el acceso a la Universidad de los mayores de 45 años. Estas personas "podrán acceder directamente a cualquier universidad pública sin estar sujetos a procedimientos de admisión" y para su admisión "se valorarán los estudios académicos realizados y, en especial, la experiencia laboral o profesional que puedan acreditar estos estudiantes".

El borrador del Gobierno establece además que las universidades que establezcan procedimientos de admisión tendrán que realizarlos dos veces al año, en una convocatoria ordinaria y otra extraordinaria (presumiblemente en septiembre). Sobre los estudiantes que accedan desde el extranjero, el borrador señala que se someterán a los mismos procedimientos de admisión que los demás alumnos.

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