Arabia Saudí acusa a Al Qaeda del ataque al barrio diplomático de Riad

Las autoridades de Arabia Saudí responsabilizaron ayer a Al Qaeda, la organización de Osama Bin Laden, del atentado suicida junto al barrio diplomático de Riad, que en la noche del sábado al domingo costó la vida al menos a 17 personas y causó heridas a más de 122, entre ellos 36 niños. Residentes y diplomáticos creen que los terroristas eligieron su objetivo por la ausencia de medidas de seguridad en el complejo residencial Muhaya y por su cercanía a las residencias de algunos miembros de la familia real. Los terroristas se abrieron paso a tiros antes de hacer estallar el coche bomba.

El ataque se produjo un día después de que Estados Unidos ordenase el cierre de su embajada en Riad porque manejaba informaciones de los servicios de espionaje sobre una "amenaza creíble" de que se produjese un atentado inminente en Arabia Saudí. Este país ya sufrió un triple ataque suicida de características muy similares el pasado 15 de mayo, también en la capital, que causó 35 muertos de diferentes nacionalidades, entre ellos varios estadounidenses.

"Es una operación de Al Qaeda", señaló un alto responsable de los servicios de seguridad saudíes. "Es un crimen contra inocentes y ése es el estilo de Al Qaeda", agregó el funcionario bajo la cobertura del anonimato. El ministro del Interior saudí, el príncipe Nayef, dijo que "los autores serán detenidos, no importa lo que cueste", y les urgió a que se rindan.

Observadores occidentales señalaron que no estaba claro si los terroristas habían fracasado en su intento de matar a residentes occidentales en el reino, como ocurrió en el atentado del 15 de mayo, o, al contrario, habían querido enviar un mensaje claro a la familia real, demostrando que podían golpear en una zona muy vigilada de la capital y cerca de varias residencias oficiales. "Es una forma de decir 'podemos hacerlo ante vuestras narices', de enviar un mensaje amenazador. Seguramente la explosión llegó a romper los cristales de sus palacios", dijo un periodista de la BBC residente en Riad.

Osama Bin Laden, líder de la red Al Qaeda, es de origen saudí y, tras volver de Afganistán donde luchó contra los soviéticos, se enfrentó abiertamente a la familia real de la casa Al Saud por permitir la entrada de tropas estadounidenses durante la guerra del Golfo de 1991. Desde entonces, uno de los objetivos declarados de Bin Laden es acabar con ella. Un dato que refleja la implantación de Al Qaeda en el reino es que 15 de los 19 pilotos suicidas del 11-S habían nacido en Arabia Saudí.

Entre los 17 muertos hay personas de nacionalidad saudí, sudanesa y egipcia, entre ellos cinco niños, indicó un portavoz del Ministerio del Interior del reino.Una familia entera de origen egipcio (los padres y dos niños) murió sepultada bajo los escombros de una casa destrozada por la explosión, que tuvo lugar en torno a la medianoche (las 22.00 en la España peninsular). Otras cifras no oficiales aseguran que el número de muertos puede superar la treintena. Los terroristas se abrieron pasó a tiros antes de hacer estallar dentro del recinto residencial al menos un coche bomba cargado de explosivos, indicó la agencia saudí SPA.

Los 122 heridos, de los que 25 permanecían anoche ingresados, pertenecen a 19 nacionalidades y hay varios estadounidenses entre ellos, aunque ningún español. Un total de 36 niños y 56 mujeres resultaron alcanzados por el ataque contra el complejo residencial Muhaya, formado por 200 casas -15 de las cuales quedaron destrozadas- y situado a unos dos kilómetros de varios palacios pertenecientes a miembros destacados de la familia real. Un residente señaló que el elevado número de mujeres y niños entre los heridos se explica porque muchos hombres estaban en la mezquita, en las oraciones que marcan el fin del ayuno durante el Ramadán. La prensa saudí señalaba ayer que la mayoría de los residentes en este complejo eran familias de profesionales de clase media, sobre todo de países de Oriente Próximo (Líbano, Siria, Egipto, Jordania y los territorios palestinos), atraídos por los precios moderados de las rentas.

"A causa de las detenciones que se han producido recientemente, un grupo pudo elegir un objetivo fácil, porque en este complejo la seguridad no era muy férrea, sobre todo comparada con la de otras instalaciones del barrio diplomático", señaló un occidental. Un residente fue más rotundo: "La seguridad era horrible, patética"."Parece que los terroristas atacarán a cualquiera, occidental o musulmán", dijo un vecino libanés, que resultó ileso.