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800 personas reclaman la demolición del muro en los territorios ocupados

Proclamado el 9 de noviembre como día internacional de rechazo

Unas 800 personas se concentraron ayer en la plaza de Sant Jaume de Barcelona para expresar su rechazo al muro que Israel está construyendo en los territorios ocupados palestinos y que los manifestantes consideran "la agresión más fuerte a los derechos del pueblo palestino desde 1967". Los organizadores eligieron la fecha de ayer, 9 de noviembre, como el día internacional de rechazo contra el muro.

Fue también un 9 de noviembre, pero de 1989, cuando cayó el muro de Berlín. De ahí la iniciativa de ayer en el centro de Barcelona, impulsada por el colectivo Mujeres por la Paz, que reúne a mujeres israelíes y palestinas, y Dones per dones, que se ha encargarlo de difundirla en Cataluña. Al margen de la tradicional lectura del manifiesto, la protesta consistió en el derribo simbólico de un muro fabricado a base de cajas de cartón en medio de la plaza, con la canción de Pink Floyd The wall sonando de fondo.

Las entidades convocantes consideran que el muro que está construyendo Israel "no sólo es físico, ya que también representa la separación de los dos pueblos y el intento de impedir toda posibilidad de diálogo entre palestinos e israelíes". En la misma línea, el profesor palestino Salah Jamal aseguró que "el muro no servirá para promover la seguridad", sino que "aumentará y perpetuará las desigualdades existentes entre los dos pueblos". El 14 de junio de 2002, el Gobierno israelí anunció que iniciaría de inmediato la construcción de un muro de separación siguiendo el perímetro de Cisjordania y al norte y sur de Jerusalén. La barrera, que tendrá unos 400 kilómetros de largo y hasta 100 metros de ancho, está formada por bloques de hormigón, verjas electrificadas, zanjas profundas y sistemas de vigilancia electrónicos.

Monos de Camarles

En ese mismo escenario de la plaza de Sant Jaume, otras 400 personas se concentraron contra la granja de monos para experimentación científica de la localidad de Camarles (Baix Ebre). Los manifstantees partieron en marcha hacia la catedral y después acudieron a la Rambla, donde instalaron paradas silenciosas ante los puestos electorales de los partidos políticos e informaron a los transeúntes que se han interesado por la situación de los animales de la granja. Matilde Figueroa, miembro de la Fundación Altarriba, entidad que se opone a la continuidad de la granja, explicó que en sus instalaciones hay actualmente "unos 300 macacos que se encuentran en situación de decomiso" por orden de la Generalitat, pero que las administraciones "se están pasando la pelota" y que cree que "el tema parece un poco parado hasta después de las elecciones" catalanas.

Figueroa explicó que los informes de la Unión Europea señalan que sólo "se especifica que estuvieron destinados a la investigación contra el cáncer" el 3% de los nueve millones de animales que son sacrificados anualmente en los laboratorios europeos. El resto no se detalla.

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