"Soy un empresario social, trabajo para que la gente cambie su vida"
Muhamad Yunus (Bangladesh, 1940) es un banquero poco común. En 1976 creó el Grameen Bank y con él los microcréditos, para prestar dinero a aquellos a quienes los bancos convencionales jamás les darían por no disponer de bienes o un aval. Conocido como el banquero de los pobres, Yunus tiene en las mujeres a las mayores beneficiarias de su iniciativa. Este banquero atípico estuvo en Bilbao, invitado por la BBK, para dar una conferencia sobre el proyecto Grameen.
Pregunta. Necesito 100 euros, ¿me los prestaría? ¿Cuánto y cuándo tendría que devolvérselos?
Respuesta. Primero, usted debería ser muy, muy pobre. Cuando alguien acude al Grameen Bank a pedir un crédito, nosotros apuntamos dónde vive y vamos a su casa. La negociación se hace en su vivienda, no en la oficina. Así el empleado de Grameen sabe si esa persona es pobre o no. Un ejemplo: si usted tiene algún mueble, entonces ya no es pobre. Ese es el nivel en el que nos movemos.
"Damos prioridad a las mujeres, y tenemos un índice de devolución superior al 95%"
P. ¿Eso me concedería el crédito?
R. Le pediríamos que busque a cuatro amigas y forme un grupo. Es ese grupo el que le concede el préstamo, no el banco. Usted les explica a sus amigas para qué quiere el dinero y cómo va a devolverlo. Discuten el proyecto y, si ellas piensan que es viable, nosotros le damos el dinero. Eso crea un compromiso. Por esos 100 euros, a un año, usted devuelve 2 euros a la semana. Al final, la cantidad devuelta al banco será de 110 euros.
P. ¿Y qué sucede si no puedo devolverlo?
R. Sus amigas tendrán que ver qué sucede y porqué no puede devolverlo y, entre todas, solventar esa situación.
P. Una vez saldada la deuda,el prestatario ha salido de la pobreza, ¿tiene que finalizar su relación con el Grameen Bank?
R. No. Una vez que se entra a formar parte del Grameen, uno puede seguir allí y solicitar créditos hasta hacerse el hombre más rico del mundo.
P. ¿Los microcréditos están siempre ligados a las mujeres?
R. Sí. El dinero que prestamos a las mujeres incide directamente en la mejora de sus familias, en la educación de sus hijos, en sus hogares. Las mujeres devuelven mejor los préstamos y los administran también mejor que los hombres, así que llegamos a la conclusión de que lo que había que hacer era facilitar los préstamos a las mujeres. En todo el mundo, los programas de microcréditos están dirigidos a las mujeres.
P. ¿El Grameen Bank funciona como otra entidad bancaria convencional?
R. No. En un banco convencional, cuánto más dinero tienes, más puedes conseguir. Nosotros hemos invertido este principio. Además, damos prioridad a las mujeres. Y, en nuestro caso, es el banco quien acude a la gente, no la gente la que acude al banco a solicitar el crédito. No hacemos firmar papeles. Nos damos la mano. Y tenemos un índice de devolución superior al 95%.
P. ¿Porqué tanto esfuerzo en una repercusión social?
R. Soy un empresario social. No trabajo para hacer dinero para mi, sino para conseguir que la gente cambie sus vidas.
P. Usted ha ayudado a los pobres, pero también se ha hecho rico gracias a ellos.
R. No, no soy rico, no gano mucho dinero. El banco no me pertenece, no soy su propietario, sólo su empleado y sólo recibo mi salario. El banco pertenece a los prestatarios.
P. Se le ha acusado de romper las tradiciones de su país, de estar contra el islamismo.
R. No se puede crear nada nuevo sin romper lo viejo. Esa es la manera como se logra que las cosas cambien.
P. ¿Cuántas mujeres están empleadas en el Grameen Bank?
R. Muy pocas, aproximadamente el 8% del personal son mujeres.
P. Usted no predica con el ejemplo, entonces.
R. [risas] Lo intentamos, pero es muy difícil mantener a las mujeres en este tipo de trabajo, en el que hay que salir a la calle, ir a dónde se solicitan los créditos. Sus familias no las dejan.
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