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Turquía suspende el envío de tropas a Irak por el rechazo del Consejo provisional

Ankara se reserva el derecho a intervenir en el norte iraquí contra la guerrilla separatista kurda

Juan Carlos Sanz

Un mes después de que el Parlamento turco aprobara el envío de 10.000 soldados a Irak para apoyar a las fuerzas de ocupación encabezadas por Estados Unidos, el Gobierno de Ankara parece haber aparcado la operación militar en una vía muerta. Tras suspender las conversaciones militares con el Pentágono, Turquía exige ahora a Washington que obtenga una autorización explícita del Consejo de Gobierno provisional de Bagdad. Según coinciden en señalar miembros del Gabinete turco y de la oposición demócrata estadounidense, el bloqueo al despliegue puede ocultar un fiasco diplomático.

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El embajador turco en EE UU,Osman Faruk Logolu, no lo pudo decir menos diplomáticamente ayer. "Mientras no contemos con una clara invitación del pueblo iraquí [a través del Consejo provisional nombrado por Estados Unidos], no insistiremos en ir a Irak, advirtió en una reunión con periodistas en Washington. "Exigimos seguridades de que vamos a ser bienvenidos", apostilló.

Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro islamista que batalló para conseguir la aprobación parlamentaria del despliegue en Irak, ya admitió la semana pasada de que se trata de "un requerimiento de EE UU, no de una necesidad de Turquía". "Si los iraquíes nos necesitan, iremos; si no es así, no queremos ir", puntualizó el jefe del Gobierno de Ankara, a la vista de que las encuestas muestran el rechazo a la operación militar de dos terceras partes de la opinión pública turca.

A pesar de que su número dos en el Gobierno y ministro de Exteriores, Abdalá Gül, ha intentado quitar hierro a la disputa con Washington -que achaca a "dudas y la torpezas" de sus representantes diplomáticos-, el presidente de la república, Ahmet Necdet Sezer, ha sentenciado que "la cuestión [del envío de tropas a Irak] está ya cerrada (...), pues va a ser muy difícil cumplir las condiciones necesarias".

Los kurdos del norte de Irak observan con recelo cualquier movimiento militar del antiguo poder colonial otomano. Uno de sus principales líderes, Masud Barzani, presidente del Partido Democrático del Kurdistán, ha amenazado con abandonar el Consejo de Gobierno Provisional designado por EE UU.

Otros miembros del Gabinete turco, como el ministro de Defensa, Vecdi Gonul, anticipaban ayer que Ankara se reserva el derecho a enviar refuerzos militares al norte de Irak "cuando lo estime oportuno" para combatir a la guerrilla separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). El Ejército turco cuenta con unos 3.000 soldados en una zona tampón fronteriza en territorio iraquí, mientras que unos 2.000 independentistas armados kurdos de origen turco tienen bases en las montañas que separan el norte de Irak de Irán.

Pregunta de Holbrooke

El ex embajador de EE UU ante la ONU y arquitecto de la pacificación de los Balcanes Richard Holbrooke planteaba así el lunes en Washington la pregunta del millón de dólares: "¿Cómo es posible que diplomáticos norteamericanos pidieran a Turquía un voto en el Parlamento para enviar tropas sin saber de antemano y con total certeza que Irak iba a aceptarlas?".

Holbrooke, que es visto como potencial secretario de Estado en una Administración demócrata en caso de derrota republicana en las elecciones del año que viene, consideró en su intervención en el Instituto para la Política sobre Oriente Próximo que la ineptitud de la diplomacia de la Administración del presidente George W. Bush está en la raíz del bloqueo turco al envío de tropas a Irak.

El actual fiasco turco para los intereses de EE UU, que esperaba contar ya en Irak con el primer gran contingente de tropas de un país musulmán, tuvo un precedente en marzo, antes de que estallara la guerra, cuando los diputados turcos se opusieron al paso por su territorio de la 4ª División de Infantería ( integrada por más de 30.000 soldados apoyados por carros de combate y helicópteros) para abrir un frente desde el norte contra el Ejército de Sadam Husein.

Al final, EE UU parece estar apostando por sus nuevos aliados kurdos iraquíes, que contribuyen a ofrecer una imagen de estabilidad y eficiencia en el norte del país (una zona rica en yacimientos de petróleo) tras el derrocamiento del régimen baazista, en detrimento de su antigua relación estratégica con Turquía.

El desencuentro entre Washington y Ankara puede escenificarse con crudeza en la cumbre que la OTAN tiene previsto celebrar en Estambul dentro de seis meses (la primera que la Alianza mantiene en Turquía desde 1957). El presidente Bush ha excusado ya su asistencia, al alegar que la reunión coincide con la ceremonia de graduación en la universidad de sus dos hijas gemelas.

[Las declaraciones del ex viceprimer ministro iraquí Tarek Aziz sobre emisarios de Francia en relación con Sadam Hussein han sido desmentidas por portavoces oficiales franceses, informa Joaquín Prieto].

Estudiantes iraquíes reclaman mejores condiciones laborales y de seguridad, ayer en el centro de Bagdad.
Estudiantes iraquíes reclaman mejores condiciones laborales y de seguridad, ayer en el centro de Bagdad.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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