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El sondeo revive los fantasmas del pasado

Los resultados del sondeo han abierto una profunda polémica en Israel y han desatado los sentimientos contradictorios hacia Europa. Mientras algunos ministros atizaban ayer el fuego de la discusión, se rasgaban las vestiduras y aseguraban que la encuesta es una prueba más del antisemitismo del Viejo Continente, portavoces oficiales de la diplomacia israelí trataban de quitar hierro al asunto y se esforzaban por minimizarlo mientras trataban de eludir la discusión.

"Este sondeo no prueba que haya antisemitismo en Europa. Prueba, al contrario, que la cobertura mediática de que es objeto Israel en la prensa europea es desproporcionada", afirmaba ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Silvan Shalom, el cual responsabiliza a los corresponsales y enviados especiales de la mala imagen de Israel. Shalom aseguraba que "no se puede comparar la cantidad de material informativo publicado en Europa con la información aparecida sobre Irán o Corea del Norte", y recalcó: "Las imágenes transmitidas desde Oriente Próximo y repetidas una y otra vez por la televisión han tenido un fuerte impacto" en la Union Europea.

En un tibio esfuerzo de conciliación y autocrítica, el ministro de Exteriores acababa reconociendo que los resultados de la encuesta podrían muy bien obedecer también a las décadas de abandono de Israel hacia Europa, mientras que los palestinos han dedicado mucho esfuerzo de comunicación en este continente. El ministro propugnaba como solución que Israel invierta en Europa, sobre todo a partir del próximo 1 de mayo, con la integración de diez nuevos países que, en su opinión, tienen posiciones más equilibradas hacia el conflicto de Oriente Próximo.

Peligro para la paz

El mensaje oficial de conciliación del jefe de la diplomacia israelí chocaba ayer, sin embargo, con declaraciones también oficiales de otros miembros del Gabinete como, por ejemplo, Nathan Chtransky, ministro de la Diáspora, que anuncio textualmente: "El hecho de que una mayoría de europeos considere que Israel es el país que pone más en peligro la paz en el mundo, más que otros países totalitarios, prueba que detrás de este sondeo se esconde un verdadero antisemitismo".

En medio de esta polémica, un periodista, Akiva Eldar, abría en el periódico Haaretz un nuevo e inesperado frente al afirmar: "Es mucho mas fácil sostener que todo el mundo está contra nosotros que admitir que el Estado de Israel, que surgió como un refugio y una fuente de orgullo para los judíos, no sólo se ha convertido en un lugar menos judío y menos seguro para sus ciudadanos, sino que se ha vuelto una autentica fuente de peligro y de vergüenza para judíos que prefieren vivir fuera de sus fronteras".

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