"El gran problema son los profesores"
Felipe Romera (Soria, 1954) es director del Parque Tecnológico de Andalucía. Fue el ponente del apartado sobre educación en la presentación del documento de Estrategias y propuestas de la segunda modernización.
Pregunta. Dicen ustedes que el lenguaje tecnológico debe enseñarse con tanto esmero como a sumar o leer. ¿El profesorado está preparado para ese reto?
Respuesta. No. Hay tres elementos fundamentales para cambiar el sistema de enseñanza: los ordenadores e Internet, los alumnos y los profesores. Los alumnos son muy permeables y saben más que los profesores de las nuevas tecnologías. El gran problema son los profesores. La Junta puede poner todos los ordenadores que quiera, pero si el profesorado no los utiliza no se podrá hacer nada. Por eso insistimos en que el elemento clave de toda esta transformación son los profesores. Hay que incidir en formación, en contenidos y en facilitar la vida del profesor. Tampoco se le puede decir: 'oiga, coja usted este ordenador y a ver qué hace'.
"Esto no es el Museo Picasso que lo ves. Son intangibles, hablamos de conocimiento"
P. ¿Qué pasa con el profesorado de 40 años que no domina otra lengua y no sabe navegar por Internet? ¿Se le aparta?
R. No. El inglés es la lengua franca de la sociedad del conocimiento y matizamos que no es un proceso de unos años, sino de generaciones. No podemos pretender que una persona con 40 años sea bilingüe. Pero el tema de Internet es distinto. El cambio que ha supuesto Internet es que la información, desde cualquier lugar del mundo, es accesible en tiempo real y, además, te permite el trabajo en cooperación. El acceso a los contenidos y el trabajo en red es lo que tiene que aprender el profesorado. Y eso no es cuestión de edad, sino de que hay que saltar las barreras y entender cómo usar Internet.
P. Apuestan por una sociedad bilingüe en 20 años. ¿Por qué en las televisiones públicas no se emiten ya dibujos animados en inglés?
R. Siempre me he preguntado por qué en Europa la gente habla inglés y en España no. Y la clave es la televisión. El ser bilingüe se aprende en los años tempranos y un elemento para el aprendizaje sería que los dibujos animados estuvieran en inglés. La televisión en esto es fundamental. Lo del plazo de los 20 años es distinto. Transformar una sociedad en bilingüe es un proceso a largo plazo, pero el esfuerzo tiene que empezar ya.
P. Andalucía necesita entre 10.000 y 14.000 empleos anuales del sector de las TIC. Pero hay un descenso de los alumnos que optan por las carreras técnicas y además hay un desajuste tremendo entre los que se matriculan y los que acaban.
R. Es una paradoja. Tenemos que preparar profesionales para la sociedad del conocimiento. No sólo hablamos de telecos o de informáticos, sino de orientar parte de nuestras carreras a poder entender que los instrumentos que gestionan el conocimiento son un elemento clave. En ese tema no nos queda más remedio que aumentar el número de técnicos en las TIC. ¿Qué es lo que pasa? Que son carreras muy duras y hay mucho fracaso, los alumnos tardan mucho tiempo en salir de la universidad. Hay que cambiar el modelo. No es un problema estrictamente andaluz sino europeo. Hay que pensar cómo facilitamos la incorporación de técnicos para entender estas nuevas tecnologías que están cambiando el mundo.
P. La UE fija que el gasto medio europeo en I+D en 2010 debe ser del 3% del PIB. Ustedes la han rebajado al 2%. ¿Por qué?
R. Es una rebaja adrede. Estamos muy mal e incluso un 2% puede ser una utopía. La media europea está ahora en el 2%, la media española en el 1% y la media andaluza en el 0,61%. Y pasar del 0,61% al 3%... Eso no se lo cree absolutamente nadie. Hemos querido poner el reto del 2%. Sabemos que es muy difícil, pero es un objetivo que con todos los esfuerzos se podría alcanzar. Hemos querido ser realistas y no conformistas.
P. ¿Las cajas andaluzas están de espaldas al desarrollo empresarial innovador y tecnológico?
R. Es evidente, aunque últimamente se ven pequeños horizontes. No existen fondos de capital semilla. Es decir, los que financian una idea con la única garantía de que el proyecto se pueda desarrollar y no con el aval de tus padres o de tus amigos. Estos fondos de capital semilla tienen que ser públicos y deben estar coordinados con fondos privados. Hay que crear un sistema de financiación a las empresas innovadoras y como no existe las empresas tienen grandes dificultades para acceder al mercado financiero. Tampoco hay muchos proyectos de riesgo para poder elegir. Cuando a un financiero se le dice que elija entre tres proyectos sólo uno, pues le da susto; si le pones 100 para que elija dos está más tranquilo.
P. Ustedes hacen continuas referencias al modelo finlandés. Pero Finlandia resolvió el analfabetismo hace un siglo y Andalucía hace sólo años.
R. Seguimos hablando con parámetros de la revolución industrial. El problema no es ése, sino el analfabetismo digital, que es la gran exclusión. El mundo se divide entre los que están conectados y los que no. Y dentro de los que están conectados, los que saben utilizarlo. En los años 90 en Finlandia se puso un rumbo hacia las tecnologías de la información y todos fueron detrás, de forma que el analfabetismo digital fue resuelto de una forma muy rápida. Si se fija un rumbo ese salto se puede dar en Andalucía, porque aquí lo que tenemos de sobra es gente y gente significa cerebro y cerebro significa conocimiento. El gran éxito para dar ese salto es poner a todos esos cerebros conectados con empresas para que puedan trabajar.
P. ¿Ha calado el mensaje de la segunda modernización?
R. Va calando. Vamos a ver cómo me explico: estas cosas no se entienden. Esto no es como el Museo Picasso que tú vas, lo ves y te gusta o no. Estos son intangibles, hablamos de conocimiento, pero si uno mira lo que pasa en el mundo y otea un poco pues..., es que no hay otro rumbo. A un profesor que le digamos que tiene que usar Internet puede pensar que para qué cuando él da tan bien las clases, pero la segunda modernización, con o sin impulso político, va a llegar a Andalucía. Llegará un momento en que todo el mundo lo entienda. El reto está en que llegue ahora que es cuando hay más oportunidades de engancharse y de crecer, si no, nos pasará como lo que nos pasó con la revolución industrial, que perderemos el tren.
P. Hace un año decía usted que lo más importante de la segunda modernización era creérsela. ¿Ahora qué dice?
R. Al principio no se lo creía nadie. No dejaba de ser un discurso político sin ningún contenido social. Y se ha cambiado totalmente la posición. Que lo diga yo no está bien, pero hemos hecho un documento excelente. Es un documento de consenso escrito por 20 personas muy distintas, muy raras todas, y nos ha costado mucho, dos años, ser capaces de plasmar un texto en el que todos nos reconocemos. Estamos todos convencidos que ése es el mejor camino que Andalucía puede tomar en estos momentos, con todos los matices que se quiera.
P. ¿Cómo cree que lo van a acoger los partidos?
R. No puedes pretender adhesiones unánimes, pero sí crear un buen estado de ánimo y que no se maltrate políticamente, que no se desprecie. Esto no es un documento partidario. La acción política tiene muchos escenarios para desenvolverse, pero el rumbo que marca el documento nadie lo ha criticado. El consenso en estos temas tiene que ser general. Esto no es política. Esto es cómo Andalucía y España se incorporan a un nuevo paradigma y ahí podrás discutir la rapidez, los dineros, los procesos, pero de lo que no hay duda es de que todos se van a incorporar.
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