Análisis y propuestas

Una de los elementos que llaman la atención en el apartado sobre la educación y la investigación en sectores estratégicos para reforzar la innovación, como en otros apartados del documento sobre la segunda modernización, es que sus autores defienden el acceso a las nuevas tecnologías o al bilingüismo no sólo para vender o comprar más, sino "para ser feliz". Estos son algunos de los análisis y propuestas de este capítulo.

- El inglés. La persona que conozca más lenguas estará en mejores condiciones para aprender, para enseñar, para vender, comprar, investigar, comunicarse y para ser más feliz. La decisión estratégica por tanto consistiría en hacer en Andalucía un modelo educativo al menos bilingüe, con el inglés como segundo idioma. La consecución del bilingüismo en el sistema educativo exige una cuidadosa planificación, sobre la base de un modelo de implantación progresiva, con el objetivo de que en un plazo medio -en torno a 20 años- al menos el 50% del profesorado sea bilingüe y todos los centros educativos, desde la enseñanza infantil hasta la universitaria, puedan impartir la mayoría de sus enseñanzas indistintamente en español o inglés.

- Otro modo de enseñar. En el ámbito universitario el documento asegura que la sociedad de la información conllevará otro modo de enseñar, al replanteamiento de las llamadas clases magistrales, a las estructuras de los programas e incluso al mismo modo de evaluar al alumnado. La articulación de los exámenes ha configurado un modelo de estudiantes que se centra en los apuntes, incluso prestados; que escasamente asiste a las clases; un tipo de alumno poco o nada participativo que, escasamente o nunca, recurre a bibliografía adicional y que, en consecuencia, su única fuente de conocimiento está en esos apuntes, la mayoría de las veces fotocopiados. El aprendizaje de carácter memorístico y una enseñanza sobre la base de clases magistrales son inútiles e, incluso, dificultan el desarrollo de las competencias necesarias para integrarse en el mercado laboral. Estos cambios exigirán no sólo una modificación de contenidos y de la forma de utilizar las nuevas tecnologías, sino también habrá que impulsar un nuevo tipo de profesores que se adapten a la nueva sociedad y a las demandas que ésta exige.

- Las TIC. Esas siglas onomatopéyicas significan Tecnologías de la Información y del Conocimiento. Los autores del texto alertan sin embargo de la paradoja de que al mismo tiempo que en el sector industrial aumenta la demanda de estos titulados, en Andalucía se está produciendo un descenso en la cifra de estudiantes que optan por carreras científicas y técnicas, cuando la demanda de estos empleos está entre los 10.000 y los 14.000 al año. Según la UE, para cubrir la demanda de las empresas son necesarios dos millones de especialistas en TIC.

- La innovación. Los autores defienden que hay que dar prioridad a la investigación de excelencia en los sectores estratégicos y en los vinculados a las necesidades productivas actuales o de futuro. Especialmente se impulsará la investigación de calidad en torno a las Tecnologías de la Información y del Conocimiento. Felipe Romero asegura que esa decisión es política. "Hay que decidir en qué conocimiento científico quiere estar posicionada Andalucía dentro de 20 años. El café para todos no puede ser. Por eso decimos que hay que seleccionar políticas de excelencia y potenciar aquellas que tengan posibilidades y las que no las tengan habrá que dejarlas".