La sorpresa del biodiesel
La demanda del combustible ecológico se dispara en Cataluña
En apenas ocho meses, desde que se puso en servicio el primer surtidor de biodiesel en Tárrega, Lleida, la demanda ha extendido su venta a 21 estaciones de servicio y a la primera planta de producción en Montmeló se unirán próximamente otras dos.
A la única planta actual de producción de Stocks del Vallés se unirán próximamente una de Bionor en Álava y otra de Bionet en Reus
Se ha reducido la mezcla del 30% al 10% del aditivo para poder satisfacer el tirón que ha registrado la demanda en sólo ocho meses
Era cuestión de tiempo. En Europa lleva ya varios años funcionando y empieza a cuajar también España. Se trata del biodiesel un combustible extraido de aceites y grasas vegetales así como de los aceites usados en la hostelería y en la industria alimentaria para freir los alimentos. La aventura española empezó el pasado mes de febrero con la instalación del primer surtidor en las estaciones de servicio de Petromiralles. Hoy ya son 21 las gasolineras de Cataluña en las que se puede repostar biodiesel. "Desde los Pirineos al sur de Tarragona" señala Jesús Pauné, director comercial de Petromiralles, porque uno de sus objetivos es "abarcar todo el territorio en el que nos movemos".
En aras del mismo, han tenido que rebajar la proporción del aditivo "bio" -éster metílico- del 30% que se incorporaba al principio al 10% actual. A partir del 5% de mezcla ya puede considrrarse bio según la legislación vigente.
Antes de su distribución y venta por Petromiralles, otra empresa familiar, Stocks del Vallés, apostó también por este producto, incorporándolo a su producción con la ayuda del Instituto Catalán de la Energía que participa también en el capital de la empresa -10%- junto con la firma austriaca, BDI GmbH.
La producción actual es de 60 millones de litros al año, insignificante si se compara con los 2.500 millones que supone el consumo nacional de gasóleo automovilístico, pero importante como principio de un nuevo mercado con un gran potencial de desarrollo. En Francia son ya el 60% las estaciones de su red nacional con surtidores "bio".
Nuevas plantas
A la producción de la planta de Stocks del Vallés en Montmeló se va a unir próximamente la de Bionor en Álava y la de Bionet Europa en Reus que trabajará a partir de aceites reciclados y alcanzará una producción anual de 50.000 toneladas. Además, está prevista la incorporación de otros centros actualmente en estudio. La producción total en esta primera fase puede llegar según Jesús Pauné a unos 500 millones de litros "y eso ya es significativo".
Fuera del ámbito catalán, Petromiralles ya ha suministrado biodiesel a estaciones de Huesca y Córdoba, ésta última adelantándose a la futura instalación de una planta de producción en sus aledaños.
En cuanto a las razones del éxito que ha sorprendido a propios y extraños con su rápida aceptación hay que buscarlas, según Pauné, en "la mayor cocncienciación de los automovilistas por el uso de combustibles menos contaminantes, asi como por disfrutar de un producto con mejores prestaciones al mismo precio que el gasóleo normal".
El Plan de la Energía de la Generalitat de Cataluña prevé que en 2010 al menos el 8% de los automóviles utiliocen este tipo de combustible.
De la freidora al pistón
Hijos de Canuto Vila lleva ya algún tiempo recogiendo el aceite usado de restaurantes, hoteles, comedores colectivos... Hace unos años, en colaboración con el Instituto de la Energía de la Generalitat, decidieron poner en marcha este proyecto de reciclaje destinado a la creación del biodiesel para automóviles con una inversión de 3,5 millones de euros. La producción actual es de 6.000 toneladas anuales, preparaban ampliarla a 18.000, pero el tirón de la demanda les ha llevado a plantearse alcanzar las 31.000 tonelas.
La producción de este combustible es ligeramente más costosa que el gasóleo tradicional, pero en grandes volúmenes puede llegar a resultar más barata. Además la venta al usuario final elimina los descuentos a los grandes clientes, típicos en el sector del transporte. El BDP 10 se vende al mismo precio con márgenes comerciales más reducidos pero con ventajas de marketing muy importantes, como demuestra la acogida registrada. Para el usuario supone mejorar la lubricidad y el poder disolvente, además de las ventajas medioambientales con la reducción de las emisiones contaminantes. En Europa su consumo se ha extendido durante la última década y en la actualidad se producen más de un millón de toneladas al año.
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