El encarcelamiento del magnate Jodorkovski desata la mayor crisis en la Rusia de Putin
La actitud del presidente siembra la alarma entre los empresarios y hace caer los mercados
Vladímir Putin permaneció impasible ante la caída del mercado de valores ruso por el encarcelamiento del magnate Mijaíl Jodorkovski, dueño de Yukos, la primera petrolera del país. La frialdad del presidente sembró alarma en los círculos empresariales y democráticos de Moscú, que temen un proceso ejemplar inspirado en las tradiciones estalinistas. Rusia vive la mayor crisis política desde que Putin, ex agente del KGB, llegó al poder en 2000. La estabilidad financiera que el Kremlin pretendía haber alcanzado parecía esfumarse ayer como un espejismo.
Quince mil millones de dólares perdieron las cotizaciones de las principales acciones rusas en las bolsas de Moscú, que interrumpieron su actividad en dos ocasiones durante el día. Yukos perdió 6.000 millones de dólares, al devaluarse sus acciones en más de un 21%. Mientras, el rublo se depreció en un 0,56% frente al dólar y registró su mayor caída de una sola vez frente a la moneda de EE UU en los últimos dos años. Hasta que se aclare el destino de Jodorkovski, las multinacionales petroleras ExxonMobil y ChevronTexaco suspendieron sus conversaciones con Yukos sobre la eventual compra de un paquete de acciones de esta empresa, según Financial Times.
Putin declinó ayer la invitación de la Unión de Industriales y Empresarios de Rusia (UIER) para tratar el encarcelamiento del magnate. "No habrá ninguna reunión ni ningún trato sobre la actividad de los órganos del orden público si éstos, por supuesto, actúan en el marco de la legislación rusa", dijo el presidente, según el cual Rusia tiene ya un procedimiento penal democrático y son los jueces quienes deciden encarcelar a alguien. Putin dijo suponer que "existía base" para encarcelar a Jodorkovski si los jueces así lo habían decidido. "Todos deben ser iguales ante la ley", dijo el presidente, pero sus palabras contradicen la selectiva aplicación de las leyes al servicio del Ejecutivo y la práctica del telefonazo para orientar a los jueces.
Putin pidió que cesaran "las especulaciones y la histeria" causadas por el asunto. Su insistencia en presentar la deficiente justicia rusa como algo incuestionable fue criticada en una reunión del grupo de crisis creado por asociaciones de empresarios y organizaciones sociales. "El argumento de que la fiscalía está por encima de todo se agotó en 1991", afirmó el analista Glev Pavlovski, quien aludió a la transición rusa al poscomunismo. A diferencia de Europa del Este, Rusia no pidió cuentas por el pasado a los servicios de seguridad comunistas. Según Pavlovski, se está preparando "un proceso modelo" en el que se va a manipular a la opinión pública.
La elección del presidente
"Hasta hoy luchábamos por el presidente, pero hoy da la impresión de que el presidente ha elegido ya y que escucha a unos y a otros no", manifestó Yevgueni Yasin, ex ministro de Borís Yeltsin y rector de la Escuela Superior de Economía de Moscú. Según Yasin, las autoridades valoran la situación "con los colores y tonos que se ven desde la Liublianka (la ex sede del KGB y hoy del Servicio Federal de Seguridad). "Lo que nos dicen es que trabajemos normalmente, que ellos atacarán cuando les dé la gana y que nosotros debemos callarnos", dijo el economista, según el cual hay que "asumir riesgos" y oponer resistencia. El mensaje de Putin "puede ser considerado como un apoyo a los órganos de orden público", dijo Georgui Satárov, ex ayudante de Borís Yeltsin. Según él, Rusia vive los resultados de un golpe de palacio por los servicios de seguridad, que dominan toda la estructura de poder. De ser acorralados, los empresarios podrían defenderse usando el material comprometedor sobre la corrupción en los órganos de seguridad que obran en su poder, advirtió Satárov. Y opinó que este recurso, de consecuencias incalculables, podría afectar a la legitimidad y popularidad de Putin.
Los fieles del presidente se distanciaban ayer de Yukos, como probaba la decisión de Rusia Unida (el partido de los seguidores de Putin) de excluir como candidato de su lista electoral a Vladímir Dúbov, dirigente de Yukos en excedencia citado entre los multimillonarios de la revista Forbes. Otro de los multimillonarios de Yukos, Vasili Shajnovski, al que se acusa de evadir impuestos, fue elegido ayer senador por una región siberiana, lo que ha de garantizar su inmunidad. Los otros multimillonarios de la petrolera están encarcelados (Jodorkovski y Platón Lébedev) o en el extranjero, como Leonid Nevzlin, en Israel, y Mijaíl Brudnó, en Londres.
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