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EL DEBATE DEL 'PLAN IBARRETXE'

Aznar anuncia que utilizará "todos los resortes" para defender el orden constitucional

"Plantear la secesión encima de mil muertos es una barbaridad", clama sobre el 'plan Ibarretxe'

José María Aznar ofreció ayer su respuesta formal al plan soberanista propuesto por el Gobierno vasco (PNV, EA e IU). Para el presidente del Gobierno es un desafío y una ruptura con la Constitución. Por eso, según anunció en tono solemne en Barcelona, el Gobierno utilizará "todos los resortes jurídicos y políticos" a su alcance para pararlo y "defender el orden constitucional". No aclaró, pese a ser preguntado, si entre esos mecanismos está la suspensión de la autonomía vasca. Aznar ve a ETA detrás del plan: "Plantear la secesión encima de mil muertos es una barbaridad". En Madrid, mientras, la dirección del PP se juramentaba contra el plan Ibarretxe y preveía que el PNV puede decidir ahora rebajar la presión secesionista.

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Aznar había convocado a más de 300 empresarios catalanes para defender su modelo de gestión y, de paso, hacer campaña por su candidato en las próximas elecciones, el ex ministro Josep Piqué, en dos actos, uno organizado por el diario Wall Street Journal y otro por la Fundación Faes, del PP. Pero la actualidad política manda, y el presidente se excusó ante el auditorio antes de hacer un preámbulo "no deseado" a su discurso para descalificar con toda solemnidad y dureza la iniciativa promovida por el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Hasta ayer había dejado esa tarea en manos de su sucesor, Mariano Rajoy.

Hasta tres veces insistió en que su Gobierno se opondrá con todos los mecanismos a este plan. La última, en tono seco y definitivo: "El Gobierno vasco ha decidido no respetar las reglas del juego. Tendrá que atenerse a las consecuencias. El Gobierno no perderá el tiempo, y cumplirá con su obligación de velar por la defensa del orden constitucional. La democracia española no acepta desafíos". No entró a detallar cómo se enfrentará al plan, y se limitó a pedir la movilización "pacífica pero firme" de la sociedad para defender la Constitución.

En todo momento vinculó la presentación de esta iniciativa con la amenaza constante de la banda terrorista ETA, a quien ve detrás del proyecto. Según él, el nacionalismo vasco ha apostado por la ruptura por dos motivos: primero, porque ha visto la "fortaleza del sistema democrático" y a la vez porque ha comprobado que "ETA languidece". Ante esto, y visto que tenía problemas, esa "violencia que se condena en términos morales y se aprovecha para amedrentar a una oposición que acude con escolta al Parlamento", el Gobierno vasco ha optado por "romper las reglas del juego" tratando de imponer un principio: el de los "hechos consumados avalados por la fuerza de las armas". Frente a este sombrío panorama, que dibujó como una situación sin marcha atrás,

Aznar se presentó a sí mismo y al PP como la "garantía de estabilidad" necesaria en todas partes, también en Cataluña, donde en tres semanas habrá unas elecciones en las que la izquierda parte como favorita y Josep Piqué tiene pocas posibilidades de alcanzar el Gobierno.

Mientras Aznar proclamaba en Barcelona su determinación para oponerse "con todos los resortes" al plan Ibarretxe, la dirección ampliada del PP, su Comité Ejecutivo Nacional, definía cuál será la estrategia de los populares en los próximos meses sobre este asunto. Mariano Rajoy, su secretario general, pidió a Jaime Mayor Oreja, líder de los populares vascos, que adelantara cuál puede ser el escenario en los próximos meses. Según fuentes del PP que asistieron a la reunión, Mayor advirtió que la forma que ha elegido Ibarretxe para presentar su "desafío" incluye "una trampa": el plan no es un proyecto de ley sino que toma la forma de "propuesta de proyecto de ley", es decir, tiene una forma jurídica difícilmente atacable.

El análisis del PP, según fuentes de su ejecutiva, es que la forma elegida por Ibarretxe pretende tres cosas: que no sea legalmente recurrible por el Gobierno central, que vaya sedimentando en la sociedad vasca como un elemento insoslayable del debate político y que dé tiempo para que el nacionalismo pacte con ETA, que los populares entienden en sentido amplio.

Su respuesta será, según les dijo ayer Mariano Rajoy a los suyos, intentar impedir esos tres fines. Tras calificar el plan Ibarretxe de "expresión política del Pacto de Estella", la dirección del PP se comprometió a hacer todo lo que esté en su mano para buscar una vía de recurso legal que frene el plan, para que la sociedad vasca no entienda que el proyecto es, "por cansancio", inevitable y para destacar que los planes del PNV son buscar una forma de plebiscito a la secesión después de asociarse con el nacionalismo cercano a ETA.

Por otro lado, el consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, fue preguntado ayer, durante la presentación de resultados del banco, en Madrid, por la posibilidad de que el banco cambiara su sede de Bilbao por la entrada en vigor del plan Ibarretxe, informa Íñigo de Barrón. Su respuesta fue que la entidad "acata la normativa en todos los países en los que opera" y que "la ley vigente en estos momentos en España es la Constitución y el Estatuto del País Vasco". Goirigolzarri reiteró que el BBVA es un banco con "fuertes" raíces vascas y españolas que se ha convertido en un grupo internacional.

José María Aznar y Josep Piqué, ayer, en Barcelona.
José María Aznar y Josep Piqué, ayer, en Barcelona.MARCEL.LÍ. SÁENZ

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