Pujol asegura que CiU ha dado más poder a Cataluña que el Estatut
El presidente de la Generalitat, en un discurso electoral emocionado, descalifica a las restantes fuerzas políticas catalanas
A pesar de la emoción, a Pujol no le tembló el pulso a la hora de ejercer la crítica a la competencia política. El periodo electoral obliga y, según el presidente de la Generalitat, aunque Cataluña la compone todo el mundo -cristianos, socialistas, liberales, libertarios, proletarios y burgueses, tal como escribió en 1979- hay algo que políticamente hace a unos mejores que otros. Por lo menos en lo que al servicio a Cataluña se refiere. "Nuestra política ha tenido un punto kumbayá o boy-scout que seguro que nos ha perjudicado. Pero no hay duda de que esta actitud y esta mentalidad, aplicadas desde el Gobierno, han hecho que Cataluña en lo que dependía de la Generalitat haya sido un país poco mediatizado por el poder. Un país que respira, que puede respirar", dijo un enfático Pujol.
Modas fugaces
Y a esa Cataluña tan poco encorsetada desde el poder, en versión pujolista, ha contribuido de forma definitiva CiU, "que ha tenido la fortaleza de espíritu de no dejarse influenciar por presiones amenazas, miedos y complejos". Porque la federación nacionalista ha sabido nadar durante todos estos años a contracorriente y no dejarse arrastrar por modas -"casi siempre fugaces", puntualizó- y en ocasiones radicales y -vino a sintetizar- utópicamente perversas.
En esa lucha contra "la gente in", que consideraba ridícula la confesa devoción de Pujol a Sant Pancràs, había que saber huir de las modas foráneas. Y en plena transición, "pensé que nosotros podríamos ser nosotros mismos; siempre debemos ser nosotros mismos; no nos fijemos en los demás más de la cuenta". Y CiU ha conservado esa receta que ahora está en manos de Artur Mas, un hombre "que cuando era consejero de Política Territorial, decía que con infraestructuras no había suficiente, porque un país necesita alma", sentenció. Y ese soplo se pierde "si CiU no es la fuerza determinante de la política catalana, capaz de frenar la presión adversa, de progresar, de ir hacia nuevos horizontes", agregó un emocionado Pujol. En ese contexto, el Partido Popular y el Partit dels Socialistes son formaciones con una visión instrumental de Cataluña, y Pasqual Maragall "un sectario". Esquerra salió mejor parada, pero no tanto. "Sería negativo que en el espacio nacionalista hubiera pluralidad de partidos o que no hubiese uno claramente dominante", dijo un Pujol que quiso dejar claro que "Cataluña tendrá mucha necesidad de CiU de ahora en adelante, porque hay nuevas amenazas, pero también nuevos horizontes".
Por si quedaran dudas, y ya con la voz entrecortada, emplazó a los presentes a luchar por esa ciudad ideal de su juventud, pero sin perder de vista que "lo que cuenta es lo que viene, es la batalla que viene; debemos ganarla".
Visiblemente emocionado descendió entre atronadores aplausos del estrado y se abrazó a su esposa Marta Ferrusola, que encabezaba una nutrida representación familiar. Luego saludó a un Mas ayer muy suelto en tareas auxiliares de presentador, quien confesó que Pujol, su mentor, durante años no le llamó Artur, sino sencillamente Andreu.
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