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HACIA EL ESPACIO EUROPEO DE ENSEÑANZA SUPERIOR

Las grandes escuelas francesas se mantendrán al margen del nuevo espacio europeo

Sólo el 3% de los universitarios alemanes estudia carreras adaptadas al sistema de Bolonia

Alemania anda rezagada en lo que a la puesta en práctica del espacio de educación europeo se refiere. De las cerca de 15.000 carreras universitarias que existen en el país, hasta la fecha tan sólo 1.600 han sido reformadas de tal manera que concluyan ya sea con un grado de bachelor (en Alemania se ha adoptado la terminología inglesa, que equivale a Licenciado, Arquitecto o Ingeniero, en la nomenclatura española) o con un master. Hasta ahora, tan sólo un 3% de los casi dos millones de estudiantes universitarios alemanes cursan estos estudios. En España, ninguno lo hace aún. En pañales está la iniciativa de que agencias educativas independientes certifiquen la calidad de estas carreras; de las 1.600 existentes sólo 400 han pasado por este filtro.

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No ha corrido mejor suerte el sistema de eurocréditos (ECTS pos sus siglas en inglés), con el que se pretende hacer comparable en toda Europa el nivel de estudios. Sólo una parte de las universidades lo ha introducido y aquellas que lo han hecho muchas veces aplican criterios distintos a la hora de ponderar la puntuación de los distintos tipos de clases. Los eurocréditos que serán necesarios para la obtención del bachelor y el master serán 180 y 300, respectivamente. Asimismo, se pretende simplificar el sistema de certificación de las nuevas carreras.

Los representantes estudiantiles, sobre todo, critican que el espacio europeo de educación carece de mecanismos financieros que posibiliten el intercambio estudiantil entre las universidades de distintos países. La necesidad de crear un sistema de becas comunitario fue subrayada también por los ministros europeos de Educación reunidos en septiembre pasado en Berlín.

La reestructuración del sistema educativo alemán tendrá lugar en un sistema federal donde conviven 16 ministerios de Educación, uno por cada Estado federado (länder). Las directrices políticas son examinadas con lupa por los rectores de las universidades, siempre celosos de su autonomía. "Cuantos más reglamentos se decreten, más difícil resultará cambiar el sistema", advierte una portavoz de la Conferencia de Rectores.

En Francia, de las 88 universidades hay tres que el año pasado ya pusieron en marcha el sistema de créditos; este año serán 15 más. Y se espera que en 2006 la totalidad haya implantado el sistema de créditos europeos. El primer título (de grado) será de tres años, el segundo (master), de cinco, y el tercero, el doctorado, de ocho.

Al margen de la Universidad, pero compitiendo con ella y repartiendo unos títulos profesionalmente mucho más valorados, encontramos las llamadas grandes escuelas o escuelas superiores, a las que se accede tras dos años de cursos preparatorios que, de no ser superados, sí permiten entrar directamente en la facultad correspondiente poseyendo el diploma de estudios universitarios generales, que se obtiene a los dos años de carrera. Estos centros llevan más de un siglo formando las élites francesas y seguirán con su modelo de estudios al margen de los cambios en las universidades. Son el referente de calidad y algunas, sin abandonar sus características propias, ya se han modernizado.

En la actualidad, la titulación en la enseñanza superior consagra tres estadios de conocimiento o especialización. El diploma de estudios universitarios generales (DEUG) se obtiene tras los dos primeros años de carrera. Para acceder a no importa qué facultad hay que haber aprobado el BAC y haberlo hecho en la sección correspondiente a los estudios que se van a realizar posteriormente.

Tras el DEUG viene la licence, que puede conseguirse tras dos o tres años -depende de la carrera- y un año suplementario aporta la maîtrise (maestría), que es imprescindible para ciertas prácticas profesionales, ya sea la ingeniería o las técnicas de gestión. Pero el tercer ciclo -de dos a cuatro años, de los cuales el primero dedicado a una primera experiencia profesional- es el que desemboca en el doctorat, que puede ir precedido de diplomas intermedios que dan constancia de "profundización en los estudios superiores".

En el Reino Unido, el sistema de educación superior no requiere una reforma fundamental de sus estructuras para adaptarse a los acuerdos de Bolonia. En el primer ciclo, equivalente al de licenciatura, la mayoría de las carreras se cubren en tres años en Inglaterra y Gales y en cuatro en Escocia. Por ello, el debate sobre la creación de un espacio europeo se limita, de momento, a las esferas gubernamentales y gestores universitarios a través de seminarios y jornadas de trabajo.

El sistema de créditos tampoco es una novedad en el Reino Unido. Escocia, y en menor medida Inglaterra, tiene una larga tradición en la acumulación y transferencia de este tipo de cualificación. En la negociación europea, los británicos defienden la función de los créditos como "una herramienta útil para medir el volumen y nivel de conocimientos más que un objetivo en sí". "Lo importante es el resultado, no el número de años dedicados a estudiar una carrera. Las titulaciones deben reflejar lo que sabe y puede hacer un estudiante", señala un portavoz del Ministerio de Educación.

En los últimos cinco años se está implantado el llamado "fichero de progreso", con comentarios sobre el plan de estudios y desarrollo de cada estudiante. La mayoría de los universitarios lo tiene, pero aún falta por implantarse en los cursos de posgrado. Este fichero personal es la versión británica del "suplemento al diploma" propuesto en el proceso de Bolonia.

Por otra parte, el Reino Unido se opone a la creación de una agencia europea que controle y asegure la calidad de los estudios. Quiere preservar los mecanismos nacionales de regulación y fomentar la cooperación europea en base al reconocimiento mutuo de las calificaciones. La calidad, efectividad y competencia de cada centro sale a relucir en los informes sobre instituciones y materias impartidas que elabora un organismo nacional independiente.

Esta información ha sido elaborada por Ciro Krauthausen (Berlín), Octavi Martí (París) y Lourdes Gómez (Londres).

Campus de la Universidad Católica de Bravante, en Tilburg (Holanda).
Campus de la Universidad Católica de Bravante, en Tilburg (Holanda).

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