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España es el penúltimo país de la UE en gasto de salud por habitante

La inversión española sigue por debajo de la media de la OCDE

España ocupa el penúltimo lugar de la Unión Europea en la media de gasto de salud por habitante, según los datos contenidos en un informe difundido ayer en París por la OCDE, cuyos expertos destacan la importancia de este indicador para medir el esfuerzo económico en sanidad. La organización atribuye a España un gasto sanitario de 1.600 dólares por habitante, menos incluso que Portugal y sólo por encima de Grecia, con datos homologados de 2001. El gasto español por habitante es la tercera parte del estadounidense (4.887 dólares per cápita) y la mitad del suizo (3.248 dólares).

La parte del Producto Interior Bruto (PIB) consagrada a la salud, un 7,5% en el caso español, también supone una comparación desfavorable para España: la media de los países desarrollados está en el 8,4%. El estudio difundido ayer en París aporta el dato de que España aumentó su gasto sanitario en 0,8% puntos del PIB desde 1990, frente a una media del 1,1% en el conjunto de los países desarrollados. Un crecimiento muy modesto frente a otras alzas relativas, como los 3 puntos del PIB en Portugal.

La financiación de los gastos en salud continúa siendo pública en la mayoría de los países de la OCDE y los autores del estudio no ocultaron la inquietud que les causa esta verificación, sobre todo si se relaciona con el aumento de la esperanza de vida de los mayores de 65 años, lógicamente necesitados de más cuidados.

Según sus informaciones, el sector público sigue siendo la principal fuente de los recursos dedicados a la salud en todos los países analizados, excepto en los Estados Unidos, Corea y México. En este punto, la parte de la sanidad financiada en España por el sector público es del 71,4%, casi en la media de la OCDE.

Esperanza de vida

El estudio no refleja una relación directa entre los gastos en salud y la esperanza de vida. Así, los modestos esfuerzos de gastos en salud hechos en España no impiden que la esperanza de vida de las mujeres españolas (82,7 años) sea la segunda más alta de toda la OCDE, ex aequo con las francesas y superada sólo por las japonesas (84,6 años).

En el caso de los hombres, los españoles tienen una esperanza de vida de 75,5 años, idéntica a la de griegos y holandeses e inferior a la de los japoneses (77,7 años); pero los hombres también viven algo menos en España que en climas y condiciones tan diversas como las de Islandia, Suecia, Suiza, Canadá, Italia, Australia, Noruega y Nueva Zelanda.

"No se puede relacionar directamente la esperanza de vida con los resultados del sistema sanitario", reconoció Martine Durand, la coordinadora del estudio. Su hipótesis es que los avances sanitarios explican sólo una parte del aumento en la esperanza de vida, y no la más grande, porque los factores principales se deben a los hábitos y la higiene de vida, el tabaquismo, el consumo de alcohol y el exceso de peso. El estudio sitúa a España en una franja media en número de obesos (12,6% de adultos con exceso de peso, frente a los campeones de Estados Unidos, donde el problema afecta al 30,9% de la población), pero la proporción de obesos crece velozmente en España.

La mortalidad infantil en España es una de las más bajas, con 3,9 fallecimientos de niños en el primer año de vida por cada 1.000 nacimientos. España ocupa el octavo puesto en la estadística de mortalidad por cánceres y, sin embargo, el número de casos de sida es de los más elevados de la OCDE: 6,6 por cada 100.000 habitantes.

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