José Saramago califica en Brasil de "héroes" a los maestros

Los maestros de hoy en día son "auténticos héroes". Así lo dijo ayer el escritor José Saramago en la inauguración del I Congreso Internacional de Educación celebrado en Brasil y organizado por la Fundación Santillana y Editorial Moderna. Seis mil maestros llegados de todo Brasil, algunos después de muchas horas de autobús, aplaudieron al premio Noble de Literatura. Para asistir a estas jornadas se habían inscrito 20.000 docentes, imposibles de acoger en el Palacio de Congresos del parque de Anhembi, en São Paulo.

A la apertura del mismo asistieron, entre otros políticos, el actual ministro de Educación de Brasil, Cristovam Buarque; el ex ministro Paulo Renato de Souza y el secretario de Educación del Estado de São Paulo, Gabriel Chalita; representando a la Unesco acudió Cecilia Braslavsky, y por parte de la Fundación Santillana, su presidente, Emiliano Martínez. Este último destacó el compromiso de la Fundación desde hace 20 años con la calidad de la educación. "Sin un lugar de creatividad, donde se piense la educación, será imposible un compromiso con la escuela en la sociedad", señaló Martínez.

El ministro Buarque, que fue recibido con grandes aplausos, dijo a los maestros que estaba allí "para ver en sus caras cómo va a ser el futuro del país". Y abogó por que los docentes tengan "cabeza, corazón y un sueldo digno".

Instruir y educar

Saramago también despertó una larga ovación que acabó emocionándole. Habló de la educación como experiencia personal: "Yo fui educado por unos padres que eran analfabetos", comenzó. Y subrayó que es un error confundir educación con instrucción, porque los analfabetos no pueden instruir, pero sí educar. A los maestros les halagó diciendo que hoy son unos "auténticos héroes", incluso agredidos físicamente por los alumnos, víctimas de una evidente falta de respeto, sobre quienes la familia, hoy definitivamente en crisis, lanza los problemas que no es capaz de resolver.

Saramago fue muy duro con la familia tradicional, tan desorientada "que tiene miedo de sus hijos". El escritor metió el aguijón contra los partidos políticos que "acaban incumpliendo sus promesas electorales" afirmando que lo que debían hacer es guardar todos sus programas y quedarse únicamente con la Carta Internacional de los Derechos Humanos, "porque en ella está todo lo que la sociedad necesita y pide".

El congreso comenzó con los miles de maestros cantando en pie el himno nacional. El secretario de Educación de São Paulo, el joven y popular Gabriel Chalita, tras agradecer el empeño por una educación de calidad del Grupo Santillana en Brasil, subrayó que "una escuela de calidad es la que crea felicidad a su alrededor", ya que "una educación incapaz de hacer a los niños y a los individuos felices es una educación equivocada".