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Susan Sontag seduce hablando de la vieja Europa y de América

La escritora recibe en Alemania el Premio de la Paz

Susan Sontag (Nueva York, 1933) estuvo ayer mucho más moderada que el sábado en su encuentro con la prensa. Leyó un discurso sobre las relaciones entre la vieja Europa y Estados Unidos, "que atraviesan su peor momento", destinado a gustar y emocionar a los alemanes que, en la solemne ceremonia celebrada en la Paulskirche, de Francfort, la interrumpieron repetidamente con sus aplausos.

Sontag acabó su intervención con un canto a la literatura. "La literatura es el pasaporte para tener una larga vida en una zona de libertad. La literatura es la libertad", dijo. Su discurso fue mucho menos radical de lo que se esperaba, aunque si algún títere le quedaba por descabezar despúes de la rueda de prensa del sábado, como el del embajador estadounidense en Alemania, Daniel Coates, ayer lo remató con un ataque furibundo.

Sontag agradeció cálidamente el premio (dotado con 15.000 euros) y a continuación arremetió contra el embajador estadounidense. "No puedo menos que lamentar la ausencia deliberada del señor Daniel Coates", comentó, y luego dijo: "Ha elegido no estar hoy [por ayer], porque me imagino que le molestan las críticas que he hecho en prensa y en televisión o en mis artículos sobre la política exterior norteamericana y, especialmente, sobre la invasión y ocupación de Irak. Pero debería haber estado aquí porque una ciudadana del país que él representa ha recibido un importante premio alemán".

La escritora se extendió sobre las relaciones entre Europa y Estados Unidos en el pasado, citando a Alexis de Tocqueville o D. H. Lawrence, y recorrió todos los tópicos: "Americanos inocentes y europeos sofisticados; americanos pragmáticos y europeos intelectuales; americanos enérgicos y europeos hastiados; americanos moralistas y europeos comprometidos y amantes de las artes... Ustedes conocen estas músicas". También habló sobre la distinción que hace el secretario de Defensa norteamericano Powell entre la vieja Europa (la mala) y la nueva Europa (la buena). "Los malos son las viejas Alemania, Francia y Bélgica, mientras que España, Italia, Polonia, Ucrania, Holanda, Hungría, la República Checa y Bulgaria son ahora la nueva Europa, los buenos, los que apoyan la política y el poder militar de Estados Unidos".

Sontag explicó que ella se inclina por "lo plural y laico" y habló sobre su trayectoria. "Nací en el seno de una familia americana de tercera generación, descendiente de polacos y lituanos judíos. Crecí en Arizona y en California, muy lejos de Alemania", dijo, y luego reconoció su gran deuda con la cultura de ese país. Se refirió a Bach, Beethoven, Schubert y Brahms. "No ha habido en mi vida un libro más importante que La montaña mágica", afirmó con rotundidad.

Sontag finalizó su discurso hablando de literatura. "Es lo único en que puedo tener algo de autoridad. La literatura puede explicarnos cómo es el mundo; la literatura significa conocimiento. La literatura es el pasaporte para tener una larga vida en una zona de libertad. La literatura es la libertad".

La escritora recibirá a finales de octubre el Príncipe de Asturias en Oviedo, y presentará en España su nuevo libro, Ante el dolor de los demás (Alfaguara).

Susan Sontag, al recibir el Premio de la Paz ayer en Francfort.
Susan Sontag, al recibir el Premio de la Paz ayer en Francfort.ASSOCIATED PRESS
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