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DOMINGO DE BONECHEA | AVENTUREROS Y VIAJEROS

En la isla de Tahití

También el paradisíaco Pacífico Sur fue surcado por destacados marinos vascos. Domingo de Bonechea nació en Getaria el 23 de agosto de 1713, en el seno de una familia marinera, alguno de cuyos miembros había practicado la pesca de la ballena. Sentó plaza de guardiamarina en Ferrol y después, tras terminar sus estudios, navegó por el Mediterráneo y por la costa atlántica americana, donde tuvo que enfrentarse a los ingleses en La Habana.

En 1766, fue nombrado capitán de fragata y comandante de la Santa María Magdalena, que salió del citado puerto gallego rumbo a Montevideo y, tras doblar el cabo de Hornos, arribó al puerto peruano de El Callao.

La salida de El Callao hacia Tahití se produjo el 21 de setiembre de 1772. En su derrota descubrieron las islas Tauere (Santos Simón y Judas) y Haraiki (San Quintín). Asimismo, reconocieron las islas denominadas Anaa (Todos los Santos), Mehetia (San Cristóbal), Otaheti (Amat o Tahití) y Moorea (Santo Domingo), apenas tres años después de la visita a Tahití del almirante James Cook a bordo del Endeavour.

La tripulación de la Santa María Magdalena permaneció en Tahití hasta diciembre del mismo año y regresó al puerto chileno de Valparaíso en febrero de 1773. Entonces dio noticia Bonechea de la existencia del árbol del pan, al referirse a una "fruta de gran tamaño que [los nativos] llaman criso, que su gusto llaman papa y su figura es de cidra. Los naturales usan de ella bien asada en lugar de pan".

Se conserva una Relación de la Navegación que ha ejecutado el Capitan Domingo de Bonechea desde el Puerto del Callao de donde salió à 26 de Septiembre de 1772 al descubrimiento de la Ysla nombrada p.r los viageros el Rey Xorge, ó S.n Jorge, y por los naturales Otajeti, y al presente Amat. Un curioso y exótico vocabulario tahitiano-español aparece en los últimos folios de la Relación diaria del viaje [que] hizo en la Lancha al rededor de la Ysla... Tomas Gallangos acompañado del misionero Jph. Amich, y el seg.do Piloto de la R.l Armada Ramon Rosales con el fin de reconocer todas sus puntas, marcarlas..."

En 1774, se realizó otra expedición a Tahití, integrada por el navío Santa María Magdalena, con el mismo capitán Bonechea al frente, y el paquebote Júpiter, mandado por José de Andía, autor de una Relación del viaje hecho a la isla Amat y sus adyacentes. Entre la oficialidad que mandaba el vasco se encontraba el futuro virrey de México y conde de Venadito, Juan Ruiz de Apodaca Eliza, un retoño de alavés y de guipuzcoana.

Los dos buques salieron de El Callao el 20 de setiembre de 1774 y arribaron a Tahití en la primera quincena de noviembre. Se reconocieron en este viaje quince islas y se descubrieron las denominadas Takakoto (San Narciso), Amanu (Las Ánimas), Hikueru (San Juan) y Tahanea (San Blas). El 5 de enero de 1775 se firmó el Affidavit (Convención de Tautira), entre notables locales y los marinos españoles, por el que se proclamaba a Carlos III rey de la isla.

La expedición regresó a El Callao en abril del mismo año con la notable baja de Bonechea, fallecido repentinamente a bordo el día 26 de enero de 1775. Se le dio sepultura en el puerto de Tautira, en donde quedó establecida una misión con dos religiosos franciscanos, un intérprete y un subalterno. Todavía se llevaría a cabo una nueva expedición en noviembre de 1775, mandada por Cayetano Lángara, que sirvió para descubrir la isla Raivavac (Santa Rosa) y para levantar la misión y abandonar el lugar. Otros navegantes europeos llegarían después a la lejana Polinesia.

Hacia el Pacífico Sur

Las expediciones al Pacífico Sur fueron una iniciativa del virrey del Perú Manuel Amat para reafirmar la soberanía española en aquellas aguas. La primera se desarrolló en 1770, mandada por González de Haedo, y contó con hombres de la talla de Lángara y del piloto Hervé, quienes se toparon con la isla de Pascua.

Dos años más tarde, Bonechea fue enviado a tomar posesión de la solitaria isla célebre por sus moais, pero el marino erró el rumbo y llegó a Tahití y Morea. Se le ordenó en 1774 establecer una colonia en la primera de dichas islas, aunque el intento se vio frustrado por la muerte prematura del marino guipuzcoano.

Desde su descubrimiento en 1722, Pascua fue visitada por navegantes y balleneros, sin que ninguno de ellos llegara a establecerse en la isla. Entre 1722 y 1862, más de cincuenta navíos europeos establecen contacto con ella. Estas relaciones fueron muy epidérmicas y la presencia de los extranjeros quedó limitada a estrechas franjas del litoral, con la finalidad de reaprovisionar sus barcos y hacer aguada.

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