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Reportaje:AMÉRICA LATINA

Con el peso de la crisis hasta la vejez

El recorte del valor nominal de la deuda pone en peligro el futuro de las pensiones argentinas

Alejandro Rebossio

Los jóvenes trabajadores de Argentina sufrirán la actual crisis de su país hasta cuando se jubilen. El Gobierno de Néstor Kirchner ha ofrecido una quita del 75% del valor nominal de la deuda en suspensión de pagos (87.000 millones de dólares). Las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP), entre ellas Consolidar (BBVA) y Orígenes (SCH y el estatal Banco Provincia de Buenos Aires), ya han rechazado el recorte.

Entre los afectados por el recorte figuran bancos de inversión de EE UU -interesados en participar en el canje de deuda-, ahorradores de Italia, Alemania, Japón o Argentina, y los recursos del sistema de pensiones, privatizado en 1994. Las administradoras de fondos de jubilación y pensiones (AFJP), entre ellas Consolidar y Orígenes, rechazaron el recorte ofrecido por el titular de Economía, Roberto Lavagna.

Lavagna, que ha llamado "inútiles" a los ejecutivos de las AFJP por invertir mal el ahorro de los contribuyentes, ha centrado el debate sobre la reforma del régimen de pensiones, un compromiso incluido en los pactos con el FMI. El Gobierno aún no ha definido el proyecto, pero entre sus ideas no incluye la eliminación de las gestoras, sino la ampliación del papel del Estado y la imposición de que los accionistas de las AFJP separen las operaciones de pensiones de las del resto de sus actividades.

Lavagna pretende asegurar que el dinero de los futuros jubilados se invierta de acuerdo con criterios independientes del interés de los dueños de las 12 gestoras, la mitad de ellos bancos y la otra aseguradoras, sindicatos, colegios profesionales o cooperativas.

Los futuros ancianos tienen un consuelo. Sus padres y abuelos también sufrieron recortes en sus pensiones. Cuando el sistema era estatal, el Estado solía echar mano de los aportes a la Seguridad Social para cubrir sus déficit.

En los noventa, con la ola de privatizaciones en Latinoamérica, el presidente Menem (1989-1999) reformó el régimen a imagen y semejanza del de Chile. Los trabajadores se vieron obligados a aportar a fondos privados de pensiones, cuyas gestoras cobran una comisión del 2,4% de media, el doble que las chilenas. El Estado siguió recibiendo un porcentaje de la contribución de los trabajadores para asegurarles una jubilación mínima. En Argentina hay pensionistas que, por la devaluación de 2002, han pasado de ganar 150 dólares al mes a sólo 69.

El Gobierno De la Rúa (1999-2001), en busca de recursos antes de la suspensión de pagos, ordenó que los autónomos sólo pudieran aportar al sistema estatal de jubilaciones, que seguía vigente para las personas de mayor edad. Como el dinero escaseaba y Argentina tenía dificultades para financiarse, su ministro de Economía, Domingo Cavallo, comenzó a emitir rentables títulos públicos a medida de las AFJP. En octubre de 2001, las gestoras se acercaron al límite legal de inversiones que podían destinar a deuda pública, el 50%, y Cavallo les elevó el tope al 100%. Después les canjeó sus títulos por unos préstamos garantizados por la recaudación de un impuesto. Finalmente decretó que cuando vencieran los depósitos a plazo de las AFJP, esos fondos por 2.300 millones se invirtieran en letras del Tesoro. Las gestoras iniciaron demandas contra el Estado, aún sin sentencia definitiva.

Argentina suspendió pagos en diciembre de 2001, cuando las gestoras ya habían invertido el 70% de sus recursos en deuda. Dos meses después, el Gobierno Duhalde pesificó los préstamos garantizados en dólares con las AFJP, de modo que sus fondos pasaron de 14.000 millones de dólares a 9.793 millones (en valor de hoy).

Pérdidas de hasta el 30%

Las gestoras, a excepción de la estatal Nación, rechazaron la medida y recurrieron a la justicia. En julio, Lavagna les respondió devolviéndoles los bonos que habían canjeado por los préstamos de 2001 y los incluyó en el proceso de reestructuración. Las AFJP volvieron a visitar los tribunales.

El director ejecutivo de la Unión de las AFJP, Horacio Canestri, advierte de que los afiliados "podrían" perder el 30% de sus ahorros, pero no aclara cuánto cobrarían al jubilarse. La consultora Towers, Perrin, Marcú & Asociados calcula que los fondos pueden deteriorarse entre el 25% y el 40%, pero con el tiempo se recuperarán y los jubilados terminarán cobrando un 5% o 15% menos.

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