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El centenario de Dalí arranca con el intento de reinterpretar su biografía política

El congreso celebrado en Barcelona aporta nuevos análisis de la obra y vida del artista

El mal, la supremacía del deseo y el placer sobre la razón, el extremismo o las circunstancias familiares fueron algunas de las razones aportadas para explicar o justificar el posicionamiento político de Dalí en sus últimos años. Varias de las ponencias del congreso internacional Dalí siglo XXI, organizado por la Generalitat y celebrado la pasada semana en Barcelona, abordaron de forma parcial la siempre polémica adhesión del artista al franquismo, aunque el eje de los debates fue el análisis y la interpretación de sus obras con el objetivo de resituarlo en el panteón de la historia.

Pese a lo mucho que se ha publicado sobre él y pese a las numerosas declaraciones y escritos del propio artista, la vida y la obra de Dalí continúan siendo pasto de múltiples interpretaciones. Las 23 ponencias que la pasada semana se presentaron en el congreso Dalí siglo XXI, dirigido por Baltasar Porcel y J. V. Yvars, se publicarán a lo largo del próximo año en Destino. Será entonces cuando se podrá valorar el alcance de las aportaciones realizadas, ya que lo apretado de las sesiones, durante las que los ponentes leían a toda velocidad sus textos, impidió realizar grandes debates. Salieron a relucir, eso sí, algunos de los temas más polémicos que rodean su figura. Así, por ejemplo, en el texto que remitió Javier Tusell al congreso, el historiador analiza la relación del artista con la política, centrándose en sus primeros años, y concluyendo que su posterior evolución hacia el franquismo y el anticomunismo militante "no era la consecuencia de una meditación doctrinal, sino de la experiencia de los suyos", indicando que fueron las penalidades que pasaron su padre y su hermana por la persecución de los anarquistas durante la Guerra Civil los que motivaron su evolución hacia la extrema derecha.

El profesor de literatura Vicenç Santamaria concluyó su ponencia titulada La posición moral de Dalí como actitud política afirmando que el artista siempre fue antifascista, y Félix Fanés, comisario de la gran exposición sobre la relación del artista con los medios de masas que se celebrará en Barcelona y Madrid durante 2004, insistió también en el inevitable extremismo de Dalí en sus posicionamientos políticos y en su voluntad de "comunicar la experiencia del mal" -entendido éste al modo surrealista como una apoteosis de la individualidad frente al mundo mecanizado- como uno de los orígenes de la voluntad literaria de Vida secreta, la autobiografía de Dalí. Fanés introdujo también el tema de la relación entre moral y arte a partir de una escandalizada crítica de George Orwell a este libro. Es una cuestión que hace 20 años fue también abordada por Tàpies en un polémico artículo muy crítico con Dalí en el que afirmaba que "la mínima pincelada en un cuadro es el reflejo de las cualidades humanas del pintor".

Robert Rosenblum, por su parte, dio un espaldarazo a la defensa de la "catalanidad" de Dalí, que con tanto ahínco defiende la Generalitat, en una ponencia en la que analizó su relación con la tradición española de lo grotesco, desde Goya a Picasso o Miró, y destacando los estrechos lazos que unen a Dalí con la desmesura formal de Gaudí. Para el profesor neoyorquino, el descrédito de Dalí en la historiografía oficial se debe en parte al predominio que desde los años cuarenta tuvo la crítica formalista que defendía la abstracción frente al ilusionismo de Dalí.

Las constantes alusiones a su supuesta homosexualidady las interpretaciones en clave psicoanalítica de su obra y su vida -Robert S. Lubar defendió que el artista utilizó las teorías freudianas para "fabricarse" de forma consciente su personalidad pública- fueron constantes en las ponencias. También se abordó de forma lateral otro de los grandes temas que centrarán el Año Dalí, su relación con la ciencia. Habrá un congreso específico sobre este tema y será también objeto de análisis en la retrospectiva de Venecia, ya que el interés de Dalí por la física nuclear, la genética o las nuevas tecnologías aplicadas al arte está en la base de muchas de las obras de sus últimos años que ahora también se quieren revisar.

Salvador Dalí, con Franco.
Salvador Dalí, con Franco.

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