El giro literario de Yasmina Khadra
El autor argelino y Mariano Sánchez Soler cruzan miradas sobre el mundo islámico
La historia argelina en el último medio siglo ha sido una historia de guerras. Una realidad que conoce bien el escritor y ex comandante del Ejército argelino Mohammed Moulessehoul, conocido por su seudónimo: Yasmina Khadra. Tras retratar la durísima realidad de su país, Khadra ha optado por nuevos caminos literarios. En España acaban de salir Las golondrinas de Kabul (Alianza), sobre Afganistán en tiempos de los talibanes, y La prima K (Zoela), una novela de introspección psicológica. Aprovechando su paso por Barcelona -esta semana también ha visitado Madrid-, Khadra presentó también Lejos de Orán (Zoela), de Mariano Sánchez Soler, una novela negra que arranca de la presencia de 30.000 pieds-noirs en la provincia de Alicante tras el fin de la guerra de independencia, en 1962.
"Argelia es un país fantástico y muy rico; en los años sesenta estaba muy avanzado con respecto a España", afirmó Yasmina Khadra (Orán, 1955), que desde el año 2000 reside en Francia por la amenaza del integrismo islámico. "Pero es un lugar donde no se ha hablado del pasado y nos faltan referentes históricos, algo que nos ha instalado directamente en el corazón del infierno. Es ahí donde el escritor debe intervenir". Él lo ha hecho sobradamente en su Trilogía de Argel (Morituri, Doble blanco y El otoño de las quimeras, tres novelas negras publicadas en España por Zoela) y en Los corderos del señor y El escritor (Alianza). Ahora, con La prima K y Las golondrinas de Kabul, ha dado otra vuelta de tuerca a su trayectoria: "He contado la tragedia argelina, añadiendo mi experiencia como soldado, pero también he querido explicar en qué consiste la fragilidad humana. Lo he dejado todo por la literatura, mi país, mis amigos, mi familia... Y mi deseo es poder construir un mundo más como escritor que como testigo".
Por eso quiso situar una novela fuera de Argel: "Quería saber si mi autoridad descansaba sobre mi talento o sobre mi visión sobre Argelia". Primero intentó que sucediera en Alemania, pero su editor dijo que no. Después, en México. Otra vez un no. Finalmente, propuso Kabul -ciudad que no ha visitado para escribir la novela- y con ésta sí hubo acuerdo. Su novela está situada en los tiempos del régimen talibán, y pretende dar una visión del mundo islámico más profunda que la que se tiene desde Occidente: "Lo que Estados Unidos está haciendo en el mundo musulmán es un fiasco. No está nada claro su compromiso con esta guerra. Está bien quitar a los talibanes de Afganistán, pero hay que montar un programa alternativo. Lo que han hecho ha sido encerrarlos en el mundo que más les gusta, el de las guerrillas. En cuanto a Irak, existe el peligro de que se convierta en un Vietnam para el mundo entero. No hay nada peor que un hombre humillado, y ahora todos los árabes se sienten así, aunque condenen a los talibanes y a Sadam".
La prima K es, además de una novela de introspección psicológica, un experimento con el lenguaje: "Quería demostrar de lo que era capaz con la lengua francesa", afirmó. "La novela habla sobre la vulnerabilidad, la soledad y la locura que nos acecha", continuó Khadra, que escribe en francés y no en árabe: "La escuela francesa nos enseñó a leer y la argelina a no leer".
Khadra afirmó que le gustaría ver publicada la novela de Mariano Sánchez Soler (Alicante, 1954) en su país; como mínimo, distribuida. Se trata de una historia negra que parte del hallazgo de un documento sobre la existencia de un comando terrorista de la OAS en Alicante, protegido por las autoridades y la policía franquista. Sánchez Soler, autor de diversos libros de investigación periodística, explicó que la novela habla también del boom inmobiliario de la costa alicantina, que se produjo bajo el influjo de estos recién llegados. Pero también de la tragedia de los pieds-noirs, que al acabar la guerra de independencia se vieron "abandonados por su país, Francia, y traicionados por De Gaulle".
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