Reaparece con toda su modernidad 'Diario de un fiscal rural', de Al Hakim
El libro, traducido por García Gómez, es una obra principal de la literatura árabe
Escrita en 1937 y traducida y editada en España en 1955 gracias a Emilio García Gómez, Diario de un fiscal rural, de Tawfiq al Hakim, es una obra fundamental de la literatura árabe moderna. "A pesar de que se trata de un libro importante, muy humorístico e incluso muy comercial, jamás trascendió del medio arabista", explicó ayer el editor Eduardo Riestra, quien ahora lo rescata en Ediciones del Viento.
"Hace tres años, en el mercado de las Pulgas de París compré un número de la revista Tiempos modernos, el número 59 del año 1950. Allí, en las últimas páginas, estaba el último capitulo de Diario de un fiscal..., que había sido publicado por entregas. A partir de ese momento empecé a seguir la pista del libro en España".
Eduardo Riestra se encontró así con "el segundo protagonista de esta historia": el arabista Emilio García Gómez, académico de la RAE y premio Príncipe de Asturias, fallecido en 1995.
Diario de un fiscal rural es una pieza breve que analiza el sistema caótico judicial en Egipto con elementos de novela picaresca y con una trama en la que se cuenta la investigación de un asesinato con los obstáculos, los intereses entrecruzados y los tropezones que va sufriendo el episodio y con un tono muy irónico.
Ayer, en la presentación del libro, participaron el académico Juan Luis Cebrián (que ocupa en la Real Academia Española el sillón que fuera de García Gómez: "Si estoy aquí es por la admiración y la amistad que me unió a él", señaló Cebrián), el periodista experto en Oriente Próximo Enrique Meneses y el consejero de Cultura de la Embajada de Egipto en España, Mohamed Abuelatta. Meneses explicó cómo la vida y los personajes que describe Diario un fiscal rural son hoy inencontrables. Una novela que, afirmó Cebrián, "pone de relieve las contradicciones en la convivencia del mundo rural con un mundo más occidental representado por el fiscal o juez de instrucción". "Al Hakim", añadió, "se educó en París y en su familia había arquitectos, artistas, gente que
en definitiva modernizó Egipto. Ese ambiente se refleja en toda su obra".
Bella traducción
La belleza de la traducción fue destacada ayer de forma unánime. El trabajo de García Gómez fue intenso. Llegó a trabajar sobre tres versiones. Empezó por la más literal y terminó con una en la que el rigor no era una barrera para la creatividad. El traductor, en el prólogo que se publicó en 1955, advertía del carácter brillante de la obra: "Tratándose de literatura árabe, señores lectores españoles, antes de internarse en el libro, habrán de fiarse de nuestra palabra. Pero créanla y espero encontrarla justificada: el Diario de un fiscal rural es una obra maestra".
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