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Reportaje:

La adhesión nazi de la 'cruzada'

La historiadora Ben-Dror documenta el antijudaísmo de la Iglesia española en los años 40

"En todas partes donde estén los judíos se encontrará que son demasiados". Lo pronosticó en 1938 el filósofo católico francés Jacques Maritain, el mismo que, horrorizado tras el terror nazi y el holocausto, dijo más tarde que amaba tanto a Alemania que estaba "encantado de que hubiera dos". Pero en España, cuando estalló la Guerra Civil tras el golpe militar de julio de 1936, apenas residían 6.000 judíos, 5.000 de ellos en Barcelona. Precavidos y asustados por el antijudaísmo del bando sublevado, azuzado por la Iglesia católica -que relacionó entonces, sin tapujos, comunismo, masonería y judaísmo-, la mayoría abandonó muy pronto España. La comunidad judía apenas llega ahora a 30.000 personas.

La historiadora Graciela Ben-Dror, de la Universidad de Haifa (Israel), presentó ayer en Madrid un libro que documenta las tribulaciones de los judíos españoles en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, y carga las tintas, con bibliografía apabullante, en el comportamiento antijudío de numerosos jerarcas católicos y, sobre todo, de la prensa de la época, en su inmensa mayoría falangista o dependiente de la Iglesia. El libro, La Iglesia católica ante el holocausto. España y América Latina 1933-1945, lo publica Alianza Ensayo.

Doctrina antirracista

Pese a que el catolicismo es doctrinalmente antirracista y Pío XI condenó el nazismo en la encíclica Mit brennender sorge (Con ardiente preocupación), de 14 de marzo de 1937 -cinco días más tarde emitió otra, Divini redemptoris, contra el comunismo-, la Iglesia española no se dio por enterada. Es más, aguantó impasible que Franco censurara al Papa, prohibiendo la circulación de la encíclica en el territorio bajo su control. El cardenal de Toledo, Isidro Gomá, remachó con la pastoral El sentido cristiano-español de la guerra: "¿Qué daño no habrán causado los que han empalmado oficialmente con judíos y masones, verdaderos representantes de la anti-España, que nos han traído a estos momentos gravísimos?". "Masonería, judaísmo, socialismo y comunismo son todos hijos de la misma madre", añadió el sacerdote jesuita Enrique Herrera y Oria en 1941. Y aún más: "Judas es socialista".

La historiadora Ben-Dror también recoge un texto de Ecclesia, la revista del episcopado, que el 20 de febrero de 1943 presumía de que España había resuelto mejor que nadie "el problema judío por medio de la expulsión" [por los Reyes Católicos] y "adelantándose en muchos siglos y con evidente cordura y sensibilidad a las medidas profilácticas que hoy han tomado tantas naciones para librarse del elemento judío".

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