PÍLDORAS
Bebés asfixiados
Los bebés que duermen en la cama con sus padres tienen un riesgo de morir asfixiados 40 veces mayor que los niños que duermen solos en su cuna, según un estudio publicado por investigadores de La Universidad de Sant Louis (EE UU) en el último número de la revista Pediatrics de la Academia Americana de Psiquiatría. "Estas cifras son gigantescas, mucho más elevadas de lo que hubiera pensado. Son los mejores datos disponibles por el momento", afirma el autor del estudio, James Kemp, profesor de pediatría. Entre el 13% y el 14% de los padres reconocen que comparten la cama con sus hijos pequeños.
Obesidad infantil
Los niños obesos tienen un riesgo elevado de sufrir problemas emocionales, según diferentes investigaciones. Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de New Jersey (EE UU) ha encontrado que las niñas obesas de 13 y 14 años tienen cuatro veces más probabilidades de tener una pobre autoestima en relación con las no obesas. El estudio muestra asimismo que los niños y niñas obesos con baja autoestima tienen unas tasas más elevadas de soledad, tristeza y nerviosismo y más riesgo de convertirse en fumadores y consumir alcohol en comparación con los niños con una autoestima normal.
Síndrome de Sanfilippo
Una veintena de familias con hijos afectados por el síndrome de Sanfilippo, una inusual enfermedad que limita la esperanza de vida de quien la sufre entre 12 y 16 años, se han unido para crear en España una asociación con la que pretenden conseguir financiación para investigar sobre esta dolencia. El síndrome de Sanfilippo, según el presidente de la asociación, Jordi Cruz, es una enfermedad muy poco frecuente, de la que en España se han diagnosticado en los últimos años unos 50 casos. Está causada por una disfunción del metabolismo originada por la falta de una enzima que degrada los mucopolisacáridos (carbohidratos complejos) a moléculas más simples. La falta de esta enzima origina que los mucopolisacáridos se acumulen en las células de todos los órganos, especialmente en el cerebro, y causa multitud de anomalías físicas, siendo una de las más visibles un retraso mental profundo, aunque también puede derivar en ceguera, inmovilidad (la mayoría acaba en silla de ruedas) e incomunicación total. La enfermedad afecta a uno de cada 24.000 niños en todo el mundo.- EFE
Fracturas y mortalidad
Las tasas de mortalidad tras la rotura del cuello del fémur no han mejorado en las dos últimas décadas, al menos en Gran Bretaña, donde se ha realizado un análisis de los datos del periodo 1968-1998. Los investigadores, que analizaron los datos de más de 32.000 pacientes mayores de 65 años con fractura del cuello del fémur, descubrieron que entre finales de la década de 1960 y principios de la de 1980 se produjo un pequeño descenso de la mortalidad, pero que desde entonces y hasta finales de la de 1990 la tasa se mantiene estable. En el primer mes tras la fractura, la tasa de mortalidad en relación con la población sana de su misma edad es 16 veces superior en los hombres y 12 veces en las mujeres.
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