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EL ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR. | Aulas

La universidad se reinventa en el camino hacia el Espacio Europeo de Educación

33 países se esfuerzan en encontrar un sistema universitario único antes del 2010

Javier Arroyo

La pertenencia al espacio Schengen permite cambiar de país sin mostrar el pasaporte; la pertenencia al espacio euro permite cambiar de país sin cambiar de moneda. La Unión Europea intenta hacer cada vez más fácil la movilidad de sus habitantes entre distintos países. Ahora, Europa vuelve a dar un paso más hacia la convergencia total. Es el momento de la enseñanza universitaria. 33 países están en busca de un Espacio Europeo de Educación Superior, un lugar en el que los títulos, las enseñanzas y la calidad de la educación universitaria tendrá el mismo valor independientemente de la universidad en la que se haya conseguido el título y del país en el que se pretenda hacer uso de él.

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A partir del curso 2004-2005, las universidades comenzarán a adaptar sus titulaciones al nuevo objetivo y sólo podrán instaura nuevas carreras si se adaptan a las normas del Espacio Europeo de Educación Superior. Eso significa que la universidad se va a transformar de arriba a abajo. Nada quedará como ahora: titulaciones, créditos, posgrados, sistemas de evaluación, modos de enseñanza. Hay que repensarlo todo para que unos hipotéticos estudiantes alemanes, suecos o gaditanos de Biología tengan un currículo homologable en calidad y asignaturas que los prepare para trabajar con la misma fiabilidad y facilidad en Finlandia o en Doñana y que, llegado el caso de que deseen continuar sus estudios en el futuro, les permita acceder con naturalidad a cualquier otra universidad de Europa sin pasar por el tenebroso mundo de las convalidaciones.

Desde 2004 y hasta 2010, los 33 países que se han adherido a la Declaración de Bolonia deberán trabajar para tener adaptados todos sus estudios universitarios a este espacio común educativo. Las principales modificaciones serán las siguientes:

- Títulos. Las universidades españolas expiden hasta ahora títulos de diplomado, licenciado, arquitecto e ingeniero. Con el nuevo sistema, las diplomaturas se extinguen. A partir de ahora, los estudios universitarios serán de grado o posgrado.

Al terminar los estudios de grado, el título obtenido será de licenciado, arquitecto o ingeniero. Tras este primer nivel de estudios universitarios (con un 70% de materias troncales y comunes para toda Europa), los graduados podrán optar al posgrado, que se convierten ahora en estudios reglados oficiales. El graduado podrá optar por un máster (que hoy por hoy es un título no reglado y que cualquier institución puede ofrecer) o por un doctorado.

- Nuevo sistema de créditos. Hoy, las titulaciones giran alrededor de del sistema de créditos. Un crédito universitario equivale a 10 horas de clase. Cada asignatura tiene asignada un número de créditos y el total de todas las asignaturas determina la duración de la carrera. Hasta ahora, es un sistema medido a partir del trabajo del profesor, de lo que tarda en enseñar. Con el nuevo sistema, el sistema de créditos gira hacia el esfuerzo del estudiante y mide lo que tarda el alumno en aprender.

El eurocrédito (denominado ECTS por sus siglas en inglés) no vale ya 10 horas; el nuevo valor asignado es de entre 25 y 30 horas e incluye la estancia del alumno en las aulas de teoría, en las de prácticas, lo que debe estudiar en casa, etcétera. Este sistema obligará a los profesores a que, a la hora de rehacer sus asignaturas, ponderen de verdad la dificultad de la materia y qué esfuerzo piden al alumno.

- Duración de las carreras. Las carreras ya no serán de cuatro o cinco años como ahora. Los estudios de grado tendrán una duración que fluctúa entre 180 y 240 eurocréditos, con un máximo anual de 60. Eso significa que la duración de cada carrera pasa a ser de tres o cuatro años sin que, por cierto, la menor o mayor duración implique merma en la categoría del título.

- Homologación de calidad. Se establecerán sistemas de evaluación y acreditación que aseguren que los estudios tienen el mismo nivel de exigencia y validez en los diferentes países.

- Ingenieros y arquitectos técnicos. La desaparición de las diplomaturas conlleva ciertas dificultades en el ámbito laboral y el máximo exponente es el de los ingenieros y arquitectos técnicos. A falta de una solución definitiva, se baraja la idea de otorgar esta titulación a quienes terminen el grado y la de arquitectos e ingenieros a quienes completen el posgrado.

Títulos con explicación laboral

Una de las intenciones declaradas de la Declaración de Bolonia (firmado en 1999 por los ministros de Educación de 29 países y al que luego se adhirieron 4, y que contiene las bases fundacionales del Espacio Europeo de Educación Superior) es homologar títulos en toda Europa con la intención de facilitar el acceso al mercado de trabajo dentro de la Unión Europea.

Para conseguir que la presentación de un título académico en cualquier país de Europa no obligue al licenciado a explicar qué ha estudiado y para que lo capacita, las universidades pondrán en marcha un mecanismo muy sencillo pero nunca utilizado hasta ahora: el suplemento europeo al título. Se trata de un documento que acompaña al diploma oficial, que estará escrito en dos idiomas (el propio y un segundo) en el que se explicará el currículo estudiado por el graduado y qué perfil profesional tiene quien haya cursado esos estudios. Se trata en definitiva de que un título sea fácilmente reconocible en cualquier país.

En definitiva, esta explicación lleva implícita también la necesidad de que los distintos países se pongan de acuerdo en unificar no sólo las materias de conocimientos sino también los perfiles profesionales. Así, el espacio común serviría para unificar carreras y facilitar la búsqueda de empleo.

Otra de las ideas del nuevo ámbito universitario es conseguir que Europa sea un foco de atracción para los estudiantes de otros continentes. En realidad, explica el secretario general de la Universidad de Granada, Manuel Díaz Carrillo, se trata, por ejemplo, de que la fuerza y el atractivo futuro de las universidades europeas sea tan grande que consiga desbancar a Estados Unidos como destino universitario preferido de lugares como Sudamérica, Asia o África. En este momento, 500.000 estudiantes de otros continentes pisan universidades europeas.

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