La UE teme el contagio de Suecia a Reino Unido y Dinamarca

La Comisión Europea se esforzó ayer en lanzar un mensaje de normalidad tras la decisión de los suecos de continuar con su moneda, la corona. "Que un país rechaze sumarse al euro no es catastrófico", afirmaba un portavoz con los resultados definitivos en la mano. Sin embargo, la decepción se hacía sentir en las instituciones comunitarias y los 12 países que ya forman parte del club de la Unión Económica y Monetaria. Un sentimiento que contrastó con la alegría de los euroescépticos de Suecia, Dinamarca y Reino Unido -los tres países de la UE que permanecen fuera del euro-, que celebraban la victoria abrumadora del no en el referéndum del domingo.

Bruselas se limitó a tomar nota del resultado y en una escueta nota de prensa mostraba su confianza en que el Gobierno sueco siga "defendiendo" y "manteniendo vivo" el proyecto del euro. Unas líneas antes se señalaba que Suecia, si hubiera decidido adoptar el euro, "podría haber influido" en el proceso de estabilización y modernización de la economía europea gracias a su nivel de crecimiento y saneamiento de sus finanzas.

Los expertos de la Comisión descartan que la inestabilidad financiera en Francia y Alemania haya potenciado el no. "Estamos firmemente convencidos de que el euro está aportando y aportará ventajas a la economía de la zona euro", concluye el comunicado. Aunque el comisario de Economía y Finanzas, Pedro Solbes, reconoció que "existe una cierta preocupación sobre en qué medida puede verse afectada [la economía sueca] con la entrada en la zona euro".

Bruselas espera ahora que el rechazo sueco no tenga un efecto contagioso entre los británicos y daneses. "El debate es diferente en esos países", afirmó el portavoz. Pero los euroescépticos en esos dos países no ocultaban ayer su alegría por el abrumador resultado del no. Con los países candidatos ese riesgo no existe, según Bruselas, porque "el euro es un atractivo".

Desde el Banco Central Europeo (BCE), su presidente, Wim Duisenberg, aseguraba que la decisión de los suecos no tendrá influencia en su política monetaria ni en el tipo de cambio del euro (la cotización de la moneda europea subió a los 1,128 dólares y apenas tuvo incidencia en las bolsas). Los expertos de la autoridad monetaria europea afirman que los suecos rechazaron este fin de semana el euro "por una cuestión de política interna" y su negativa a la "burocracia de Bruselas", y no por sus dudas sobre la estabilidad de la divisa europea.

El alto representante de la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, dijo que el voto negativo sueco "no debe considerarse dramático". Los partidos políticos con representación en el Parlamento Europeo mostraron abiertamente su decepción ante la victoria del no. Desde las filas populares (PPE) se lamentó que "los suecos no estuvieran lo suficientemente convencidos de las ventajas del euro". Los socialistas (PSE) señalan que "hubiera sido bueno contar en la euro zona con un país muy progresista en el ámbito social y en áreas como la igualdad y la transparencia".