Cuba cierra el Centro Cultural de España
Intelectuales españoles firman una carta y convocan un acto de protesta hoy en Madrid
El Centro Cultural de España en La Habana ha dejado de existir. Con caras tristes, ayer por la mañana empleados de dicha institución retiraron de su sede en el majestuoso Palacio de la Cariátides, en pleno malecón, los últimos carteles de la Agencia Española de Cooperación y del Centro Cultural, cerrado por orden expresa del presidente cubano, Fidel Castro. España se reserva el "derecho" de emprender acciones legales para recuperar la inversión realizada para rehabilitar el mencionado centro, calculada por las autoridades españolas en 3.889.746 dólares. En España, un grupo de intelectuales ha firmado una carta y ha convocado hoy, en Madrid, un acto en protesta por el cierre.
El encargado de negocios de la Embajada española en La Habana, Ángel Losada, entregará hoy al Ministerio cubano de Relaciones Exteriores las llaves del inmueble y una nota verbal en la que "rechaza totalmente" la decisión de clausurarlo, "lamenta que se trate de impedir a los propios intelectuales y artistas cubanos el acceso a un espacio plural de encuentro cultural", y advierte de que España se reserva el derecho de emprender acciones legales al respecto.
Ocho años, 3 meses y 26 días. Exactamente eso es lo que duró el Centro Cultural de España, que fue objeto de polémica y fricciones entre Madrid y La Habana desde el mismo día de su inauguración, con una conferencia sobre la transición española dictada por Joaquín Ruiz Jiménez. Durante este tiempo han pasado por el centro cineastas como Pedro Almodóvar, escritores como Manuel Vázquez Montalbán, Manuel Vicent o Hugh Thomas, además de músicos, pintores y centenares de intelectuales y artistas cubanos, muchos de ellos con cargo oficial.
La decisión de cerrar el Centro Cultural fue anunciada en junio por Fidel Castro, quien en un discurso público acusó al Gobierno español de realizar a través de la institución "un programa de actividades no relacionadas con su función original, en abierto desafío a las leyes y las instituciones cubanas", algo que siempre negó con vehemencia la parte española. Castro adelantó que la institución sería reconvertida en el Centro Cultural Federico García Lorca y dijo que cuando Cuba asumiera su dirección "se dedicaría por completo a difundir en la isla los mejores valores de la cultura española". La fecha tope de entrega del inmueble a la parte cubana se cumple hoy, 11 de septiembre.
Por orden de Madrid, la biblioteca de casi 7.000 volúmenes, las sillas, muebles, ordenadores, equipos de audio e iluminación del centro se sacaron del Palacio de Las Cariátides y serán utilizados en la embajada o redistribuidos en instituciones culturales de España en América Latina.
Aunque no mencionaron hechos concretos, fuentes cubanas dijeron que desde que comenzó su andadura, el Centro Cultural español realizó "labores de injerencia" y se desvió de su cometido original, "que era promover la cultura española, no la cubana". En 2001, la celebración de la festividad de los Reyes Magos, que provocó un leve altercado en el interior del centro, agravó las fricciones entre ambos países, y desde ese momento las relaciones entre la institución cultural y la cancillería cubana se deterioraron mes a mes.
El cierre se produce en el contexto del enfriamiento de las relaciones entre la UE y La Habana a raíz de la condena de 75 disidentes y del fusilamiento de tres secuestradores de una lancha de pasajeros en la isla. Después de que, por tal motivo, Bruselas decretara una serie de sanciones diplomáticas, las autoridades cubanas organizaron manifestaciones multitudinarias de protesta frente a las embajadas de España e Italia, y anunciaron que no aceptarían ninguna ayuda humanitaria ni de cooperación oficial de la UE ni de sus países miembros -en el caso de España, incluso rechazó la tradicional financiación que la Agencia Española de Cooperación daba anualmente a la escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos, perteneciente a la Oficina del Historiador de la ciudad, cifrada aproximadamente en 150.000 dólares-.
En España, un grupo de escritores, historiadores, cineastas, artistas y otros intelectuales han firmado un manifiesto y han convocado un acto en protesta por el cierre hoy, a las ocho y media de la tarde, en la Casa de América, que moderarán Juan Pablo Fusi y Luis Antonio de Villena. Entre los firmantes de la carta figuran y entre otros, José Álvarez Junco, Joaquín Arango, Eduardo Arroyo, Felipe Benítez Reyes, Valeriano Bozal, Juan Cruz, Manuel Fernández-Montesinos, Carlos García Gual, Laura García Lorca, Luis García Montero, José Luis García Sánchez, Josefina Gómez Mendoza, Almudena Grandes, Manuel Gutiérrez Aragón, Gerardo Herrero, Santos Juliá, Joaquín Leguina, Luis Mateo Díez, César Antonio Molina y José Manuel Sánchez Ron.
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