El turismo en el norte sufrió una fuerte caída en julio, tras la catástrofe del 'Prestige'
La ocupación en Galicia descendió más de un 7% respecto al mismo mes de 2002
Ni el tiempo más soleado del último cuarto de siglo, ni la contención de precios en los hoteles, ni una campaña publicitaria de seis millones de euros han podido evitar una severa caída en las pernoctaciones en los establecimientos turísticos del norte de España en el primer mes de julio tras la marea negra del Prestige. En Galicia, la ocupación bajó un 7,45% en ese mes respecto al mismo periodo del año 2002, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Los empresarios de hostelería achacan el descenso a factores como el efecto euro o la cercanía del año Xacobeo y sitúan al chapapote en segundo plano.
El descenso de las pernoctaciones en hoteles, campings y apartamentos turísticos y establecimientos de turismo rural durante el mes de julio afectó a otras comunidades del norte, aunque de manera menos acusada que a Galicia. Cantabria experimentó un retroceso global del 2,07% y Asturias apenas perdió un 0,9%. En el lado opuesto se sitúa el País Vasco, cuya ocupación aumentó un 10,79%, según el INE.
En Galicia, a pesar de que aumentó el número de viajeros de 308.475 en julio de 2002 a 352.568 en el mismo mes de 2003 (un crecimiento del 14,29%), las pernoctaciones se redujeron sensiblemente debido a que la estancia media de los turistas en los establecimientos fue más corta que en años anteriores y a que desde 2002 el número de plazas hoteleras ha crecido un 6,3%. Durante el pasado julio, según la Confederación de Empresarios de Hostelería de Galicia, la ocupación media en esa comunidad fue del 67,5% (0,9% menos que en 2002). Hasta el mes de agosto -en el que los hospedajes se llenaron en un 87,5% (dos puntos por debajo de 2002)- la ocupación no alcanzó su cota habitual.
Confusión de los turistas
En Lugo, la ocupación hotelera sufrió un verdadero batacazo, con una caída del 20,18%. El presidente de la Federación de Hosteleros de esta provincia, José Francisco Real, asegura que éste "ha sido un verano más flojo que los anteriores, sobre todo en la costa", y achaca el descenso principalmente a la crisis del Prestige y a la "confusión de los turistas" causada por la retirada de las banderas azules de las playas del Cantábrico el 29 de julio.
Miguel Mirones, presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, constata que "en verano y durante todo el año se ha producido un descenso del turismo en toda la cornisa cantábrica, y este año no tiene la culpa el mal tiempo". En Cantabria, en lo que va de año se ha acumulado una bajada del 10,5% respecto a 2002. Mirones anuncia que su asociación se planteará pedir ayudas directas al Gobierno por el descenso de ingresos que ha conllevado la marea negra del Prestige.
Gerardo Romero, de la Asociación de Hostelería de A Coruña, afirma que en su provincia, la más afectada por el vertido de fuel, "julio ha sido muy malo, con sólo un 48% de ocupación, y en agosto ha habido un poco de recuperación, con un 77% de ocupación". "No lo achacamos al Prestige, sino al problema económico: la gente llega con menos dinero porque el euro aumentó excesivamente los precios", asevera Romero.
Su homólogo pontevedrés, José Manuel Barbosa, está convencido de que, desde el punto de vista turístico, el Prestige es un "obstáculo superado", y apunta dos razones para explicar la escasa llegada de huéspedes: la proximidad del Xacobeo 2004 y el crecimiento "indiscriminado" de la oferta hotelera, que hace que "haya que repartir el mismo pastel entre más gente".
El sector que más ha notado la pérdida de clientes ha sido el camping. De julio de 2002 a julio de 2003, estos establecimientos han pasado de 85.829 a 52.619 clientes (-39%). El presidente de ese sector, Delfín Fidalgo, rechaza culpar al Prestige y apunta al "fraccionamiento de las vacaciones" y a los precios "irrisorios" de las ofertas en Baleares y Canarias.
Un mes "fatal" para los hoteles de la Costa da Morte
El pasado 3 de septiembre, el conselleiro de Turismo de la Xunta de Galicia, Jesús Pérez Varela, aseguró, al presentar el balance veraniego, que los datos de llegadas de viajeros y de ocupación en julio y agosto en el conjunto de la comunidad fueron "razonablemente buenos, a pesar de los temores iniciales de una caída en la afluencia turística".
Jesús Pérez Varela calificó la catástrofe del Prestige de "más mediática que ecológica".
La mayoría de los hosteleros de la Costa da Morte (A Coruña), la zona más castigada por el vertido de fuel, no comparten el optimismo del conselleiro y tachan la campaña estival -en especial el mes de julio- con términos que oscilan desde el "poco agobiante" hasta el "fatal" pasando por el de "pobre" o "flojo", la expresión más utilizada.
"Julio ha sido fatal. En 2002 vendimos 150 habitaciones. Este año no hemos llegado ni siquiera a las 90", se lamenta el propietario de un establecimiento de turismo rural de la parroquia de Esteiro,en la ría de Muros. Por lo que se refiere al mes de agosto, el hostelero asegura que "no fue como el año pasado", y constata que en la zona todos los negocios "han ido más o menos igual". "No sé si ha sido por el Prestige pero me figuro que algo habrá tenido que ver", dice.
Otro empresario hotelero de la Costa da Morte afirma que durante julio sólo tuvo ocupada una media de tres habitaciones de las 28 con que cuenta su establecimiento. "Las estadísticas que publica la prensa no se las cree nadie aquí", comenta indignado.
La dueña de un hostal de 31 habitaciones en Muxía, la llamada zona cero de la catástrofe, salvó el verano con la ocupación del 70% que tuvo durante el mes de agosto. En julio sólo alquiló una de cada cuatro camas. "Antes la gente venía para quedarse durante dos semanas, ahora llegan y se van a los dos o tres días".
Los hosteleros de la Costa da Morte y de las Rías Altas se resisten a culpar únicamente a la catástrofe ecológica del Prestige de la mala campaña veraniega. La mayoría de ellos apuntan otras razones, como el "redondeo criminal" del euro o el mal tiempo que hizo en el verano de 2002 y que "espantó" a muchos potenciales visitantes.
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