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Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Turistas de campo

La capacidad de alojamiento en los espacios naturales ronda ya las 50.000 plazas

El turismo de naturaleza es una de las modalidades de ocio que más ha crecido en estos años. En algunos casos la demanda supera con creces la oferta, todavía muy limitada en determinados espacios naturales. Aun así, en poco más de 10 años la capacidad de alojamiento en zonas de especial valor ecológico ha aumentado en más de 10.000 plazas, y el sector del ecoturismo da empleo directo a 7.000 personas en Andalucía. El volumen de negocio anual de estas actividades se acerca ya a los 87 millones.

Cuando en 1992 la Consejería de Economía y Hacienda publicó un estudio sobre ocio y turismo en parques naturales andaluces, a este tipo de actividades se les suponía un excelente futuro y, de hecho, ya existían zonas que soportaban una fuerte demanda, como las sierras de Cazorla (Jaén), que cada año recibían más de 600.000 visitantes.

Por aquel entonces la oferta de alojamientos y actividades en la naturaleza no estaba a la altura de lo que comenzaban a reclamar los ciudadanos. En toda la región apenas se anotaron 18.000 plazas hoteleras en el interior, o en el entorno, de los parques naturales, cifra que se incrementaba hasta las 48.000 plazas si a este cómputo se sumaban los campings, campamentos, albergues juveniles y casas rurales registradas.

El mismo estudio precisaba que aún eran pocas las agencias y cooperativas que ofrecían actividades de ocio en la naturaleza. Y, además, la mayoría de estas empresas sólo se anunciaban en el mismo espacio natural en el que operaban, por lo que difícilmente era posible contactar con ellas antes de emprender el viaje.

Comenzó entonces a manifestarse una asombrosa expansión de los equipamientos turísticos en zonas de alto valor ecológico, fenómeno que, tímidamente, se había iniciado a finales de los años ochenta. Tomando como referencia el número de alojamientos disponibles, y analizando el periodo comprendido entre 1989 y 1996, el crecimiento experimentado en los municipios ubicados en parques naturales fue muy superior al que se registró en las localidades andaluzas de menos de 50.000 habitantes y también rebasaba la media obtenida para el conjunto regional.

Este crecimiento, según los datos que entonces hizo públicos la Consejería de Medio Ambiente, se anotaba en todos los tipos de establecimientos, aunque destacaban los hoteles-apartamentos, con un aumento, en parques naturales, del 283% frente al 135% registrado en municipios de menos de 50.000 habitantes y el 141% de media regional.

Otras estimaciones servían para explicar este proceso: investigadores de la Universidad de Jaén revelaron cómo, a lo largo de la década de los noventa, una de cada tres pesetas invertidas en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas fue a parar al sector turístico, y algo parecido ocurría en otras zonas como Sierra Nevada o Cabo de Gata. Por cierto, que Cazorla se asomaba al siglo XXI con una tasa anual de más de un millón de visitantes y graves problemas de masificación en algunos enclaves.

Todos estos datos han vuelto a revisarse ahora, por encargo de Medio Ambiente, y han servido para dibujar la situación actual del sector ecoturístico. Los especialistas calculan que son ya más de 1.500 las empresas que en Andalucía ofrecen servicios relacionados con el turismo de naturaleza, destacando los servicios de alojamiento (1.199 empresas), seguidos por los de restauración (330 empresas) y las actividades complementarias, en las que se incluyen las recreativo-deportivas, las de animación sociocultural y las de interpretación de la naturaleza (137 empresas en total). La nómina se completa con las 57 agencias turísticas especializadas en este tipo de ofertas, junto con una variopinta muestra de productos o servicios de difícil catalogación (24 empresas).

La capacidad total de alojamiento ecoturístico se sitúa en las 59.425 plazas, aunque los propios autores de este informe reconocen que la cifra real es muy superior, sobre todo porque en este mercado hay muchas viviendas particulares que no están inscritas en el obligatorio registro de establecimientos de actividades turísticas. En cualquier caso, esta capacidad de acogida supone ya el 18% de todas las plazas que ofrece el sector turístico andaluz.

Los parques naturales en los que se concentran las iniciativas de ecoturismo son los de Cazorla, Segura y Las Villas (247 empresas), Sierra Nevada (234) y Los Alcornocales (212), aunque también se ha desarrollado una notable oferta en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche (130 empresas), Cabo de Gata (124) y Sierra de Grazalema (120). La excesiva concentración que se advertía hace una década se ha diluido en parte y, así, territorios que carecían prácticamente de servicios orientados a este tipo de turistas se han incorporado con fuerza a este mercado, como han ocurrido, por ejemplo, en el parque natural almeriense de Sierra María-Los Vélez, donde se registran ya más de medio centenar de empresas ligadas a este sector.

Esta expansión también ha tenido repercusiones positivas en el empleo, ya que son cerca de 7.000 las personas que, en Andalucía, trabajan en la prestación de servicios ecoturísticos. Si a esta cifra sumamos los empleos indirectos el cómputo total rebasa las 8.600 personas, capaces de generar cada año un volumen de negocio cercano a los 87 millones de euros.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

La tranquilidad arrasada

En el estudio encargado por Medio Ambiente se cruzan algunas variables para obtener así el potencial de desarrollo ecoturístico que manifiestan los diferentes parques naturales. De esta manera, la demanda de este tipo de servicios es claramente superior a la oferta en las sierras de Andújar, Hornachuelos, Castril y Huétor. Y también manifiestan una fuerte demanda los Montes de Málaga y las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, aunque en estos casos no es justificable un aumento de la oferta sin analizar, con detalle, la capacidad de carga de los diferentes espacios.

Sobre este particular no abunda el estudio, aunque es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el ecoturismo en Andalucía. No se trata de crecer atendiendo únicamente a las buenas perspectivas de negocio, sino de hacerlo de manera equilibrada. Si el medio ambiente se resiente, se quiebra la columna vertebral de este tipo de turismo.

Así lo advirtió hace dos años la Universidad de Jaén, cuando en un trabajo de investigación firmado por Eduardo Araque y José Domingo Sánchez, adscritos al Área de Análisis Geográfico Regional, se señalaba que en determinadas épocas del año el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas registraba "densidades asombrosas de personas y vehículos que vienen a romper con la imagen estereotipada que se tiene del turismo de naturaleza". Y el fenómeno, desde entonces, no ha dejado de agravarse.

Idénticos problemas se manifiestan en otras comarcas de la región, donde la calidad ambiental del territorio se deteriora porque comienzan a manifestarse las incomodidades características de una gran ciudad.

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