Marc Recha retrata la soledad de las fronteras en 'Las manos vacías'
Olivier Gourmet, Eduardo Noriega y Eulàlia Ramón protagonizan el filme
Hay fronteras despobladas, sin tránsito, a expensas del viento que las sacude y de los viajeros ocasionales, donde puede ocurrir cualquier cosa. Son fronteras vacías, casi mudas, que ya sólo saben repetir el murmullo de los coches lentos y que parecen ateridas por el frío de la desolación. Como los personajes de Las manos vacías, la película de Marc Recha, que se estrena hoy en España después de su paso exitoso por el Festival de Cannes en mayo pasado. Se ha presentado esta semana en Madrid con la ausencia de su director, a quien disculparon por enfermedad, y la presencia de tres de sus actores, que dan un juego coral sorprendente sin apenas diálogos o al menos con las palabras justas.
Eulàlia Ramón, Luis Hostalot y Olivier Gourmet, auténtico eje de un grupo en el que también destaca un Eduardo Noriega trilingüe -en el filme hablan en francés, castellano y catalán-, que tampoco acudió a la presentación por estar rodando en África, hablaron de este filme poco convencional, poético, profundamente humanista: "Con Marc, tratamos de reivindicar una forma de hacer cine diferente, una manera nueva de trabajar y esto sin intentar que parezca un hallazgo", asegura Hostalot, que es la segunda vez que prueba con Recha, autor de tres películas ya además de ésta: El cielo sube, El árbol de las cerezas y Pau y su hermano, que también estuvo en Cannes, aunque en competición oficial hace dos años.
En Las manos vacías, un título muy evocador y muy libre de interpretaciones, "como la misma película", según sostienen los actores, Recha se ha soltado algo la melena y ha permitido que entre el humor negro en su cine, dentro de la estructura de este filme que pega un giro brusco pero que resulta natural, yendo del drama a la comedia lúgubre, para formar un producto que bebe del cine francés más grande, el de Renoir por un lado y el de Chabrol y Rohmer por otro. Una experiencia enriquecedora para Olivier Gourmet: "El cine es escuchar y contestar, todos hemos estado abiertos al diálogo, era una película difícil, que ha salido bien".
Y en eso ha debido influir mucho la forma de trabajar de Recha con los actores, con un método que Eulàlia Ramón, que rueda ahora con Carlos Saura su película sobre el crimen de Puerto Urraco, destaca y elogia: "Nos metimos a convivir juntos tres meses en ese paisaje de la frontera entre España y Francia, hablábamos, discutíamos, cada uno teníamos encomendada una tarea fija al día, nos conocimos muy bien". Y se compenetraron al dedillo, hasta el punto de que hay escenas cruciales que se resuelven con dos palabras y los gestos justos: "Es difícil hacer un buen trabajo así, pero Marc consigue que hablemos por la piel", dice la actriz.
Babelia
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