Estimulantes del cerebro
El cerebro, verdadero controlador central de nuestro cuerpo, es el que ordena a los músculos esqueléticos que se contraigan o que se relajen. Lo malo para el rendimiento deportivo es que en ocasiones el cerebro se niega a que los músculos se contraigan con tanta fuerza o velocidad como le gustaría al atleta. Por ejemplo, cuando el propio sistema nervioso está fatigado. O cuando le llegan mensajes de todo el cuerpo, incluidos los músculos, que le indican que algunos tejidos están llegando a sus límites de seguridad. De hecho, muchas veces el músculo podría dar más de sí, pero posiblemente a riesgo de comprometer su propia integridad o la de otros tejidos involucrados en el ejercicio, como el corazón.
Algunos fármacos pueden engañar al controlador central y hacerle creer que los músculos y el corazón pueden exprimirse un poco más sin correr riesgos. Como las anfetaminas, que ejercen un efecto similar, e incluso amplificado, al de nuestro sistema simpático. El sistema simpático es un complejo entramado de nervios y hormonas encargado de estimular a todo nuestro organismo (cerebro, corazón, músculos, etc.) ante situaciones de estrés, como el ejercicio, o ante situaciones que ponen en peligro nuestra supervivencia. Por algo se les administraba anfetaminas a los soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Estas drogas los mantenía alerta y mitigaban su sensación de fatiga.
Algunos atletas también podrían recurrir a las anfetaminas: para sentirse más eufóricos en plena competición y para soportar mejor el dolor. Paradójicamente, hasta la fecha no hay evidencias científicas claras de que estas drogas aumenten el rendimiento deportivo. Eso sí, tienen un efecto placebo innegable. Es decir, el atleta está convencido de que la droga beneficia su rendimiento. Lo cual no es poco en la alta competición.
La cafeína, una sustancia natural (trimetilxantina) que se encuentra sobre todo en el café, también es capaz de estimular el sistema nervioso central y mantenerlo más despierto. Por eso la toman muchas personas sedentarias, sobre todo por las mañanas y en horas de trabajo. Los deportistas no iban a ser una excepción. Además, sí existen evidencias científicas de que la cafeína puede beneficiar el rendimiento deportivo.
Otras drogas o sustancias menos conocidas en el mundo del deporte también pueden estimular al sistema nervioso central y por tanto podrían llegar a mejorar el rendimiento. Como el modafinil (provigil), un fármaco que mantiene más despierto al cerebro, y que es efectivo en el tratamiento de la narcolepsia, un trastorno neurológico crónico que se acompaña de sensación de sueño durante todo el día. Además, el modafinil tiene un efecto más selectivo sobre el sistema nervioso central que otros estimulantes como las anfetaminas y menos efectos secundarios como temblor, nerviosismo, o aumento de la frecuencia cardiaca. Así, una vez terminada la competición, no alteraría la recuperación y el descanso del atleta.
Alejandro Lucía es profesor de la Universidad Europea de Madrid
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