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EE UU, Brasil, India, Kenia y Suráfrica llegan a un acuerdo sobre fármacos genéricos para países pobres

Estados Unidos, Brasil, India, Kenya y Suráfrica alcanzaron ayer un acuerdo sobre acceso a medicamentos genéricos por parte de los países pobres, que podrían importar genéricos invocando una emergencia sanitaria. Pero el acuerdo evita que esos fármacos se desvíen para fines comerciales o industriales: se insta a un etiquetado especial de tales genéricos. El documento menciona el compromiso a no usar el mecanismo de emergencia por parte de EE UU, la UE, Suiza, Noruega, Nueva Zelanda, Japón, Canadá y Australia, y sólo en casos excepcionales para los candidatos a entrar en la UE.

El acuerdo tendrá que ser aprobado en la próxima cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que comienza el 10 de septiembre en Cancún (México), según anunció ayer Vanu Gopala Menon, presidente del Consejo sobre Derechos de Propiedad Intelectual y Comercio (ADPIC) de la OMC.

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Poder fabricar o importar genéricos es una de las reivindicaciones constantes de los países pobres, agobiados por pandemias como sida, malaria o tuberculosis, y además por enfermedades que en el mundo desarrollado son curables.

El principal obstáculo hasta ahora para un acuerdo ha sido EE UU, que bloqueó las negociaciones el pasado diciembre. Brasil e India poseen una industria farmacéutica que les permitiría suministrar a países pobres antivirales y otros medicamentos en versión genérica. Suráfrica, con el 12% de la población afectada por el virus del sida, y Kenya, con el 8%, son a la vez posibles beneficiarios y productores de esos fármacos.

EE UU, y en menor medida la UE, pedía garantizar que los países fabricantes de genéricos no invadieran el mercado del mundo desarrollado. Exigía además que el acceso a los medicamentos sólo abarcara unas 20 enfermedades (entre ellas sida, malaria o tuberculosis), mientras que los países pobres y las ONG querían ampliar la cobertura a otras dolencias que, pese a su menor gravedad en el mundo rico, resultan fatales en contextos de subdesarrollo.

La clave de las patentes

La clave de la polémica en la OMC está en las patentes. Las farmacéuticas exigen que se respeten, y aducen que sin ese beneficio no se desarrollará la investigación. Pero los sectores críticos constatan que en los últimos 25 años sólo un 1% de la I+D farmacológica se ha dedicado a poner en el mercado productos contra enfermedades tropicales.

La cumbre de la OMC en Doha (Qatar) en 2001 reconoció que había países que "podrían tropezar con dificultades" para emitir licencias obligatorias para, saltándose patentes farmacéuticas, fabricar genéricos, y apelaba a llegar a "una pronta solución" antes de 2003. El bloqueo de EE UU impidió un pacto.

Las ONG más implicadas en la campaña por el acceso universal a los medicamentos básicos fueron ayer muy críticas. "El acuerdo nos parece enormemente decepcionante y viola lo alcanzado en Doha", dice Gonzalo Fanjul, de Intermón Oxfam. "Aunque no se opte por una lista cerrada de fármacos o de países beneficiarios, las trabas burocráticas impedirán la igualdad en el acceso de la población de los países pobres a medicamentos básicos". Por su parte, Nora Uranga, de Médicos Sin Fronteras (MSF), señala: "La propuesta implica tantas trabas y obstáculos que estamos muy preocupados por su funcionamiento real. El sistema promovido por EE UU puede ser tan rígido que los genéricos nunca lleguen a los pacientes que los necesitan".

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