La ruta del alcohol
Maika leyó un reportaje en una revista alemana que recomendaba Calella como destino ideal para el turismo joven. No le costó demasiado convencer a sus amigos, que aceptaron, motivados sobre todo por el precio asequible del hotel -18 euros al día con pensión completa- y la oferta nocturna de la ciudad.
Reconoce Maika que por las noches ella y sus amigos suelen beber demasiado, pero no está de acuerdo con que algunos turistas se descontrolen y desencadenen alborotos, peleas y destrozos en el mobiliario urbano. Pero las ofertas de algunas agencias de viajes, en especial danesas, que siguen ofreciendo Calella como un destino de sexo, drogas y alcohol, no contribuyen a evitar estos incidentes.
Algunas de ellas, junto a varios establecimientos de la ciudad, siguen ofreciendo la conocida ruta del alcohol, una especie de concurso en el que los jóvenes turistas deben poner a prueba su resistencia ante la bebida.
Pero el Ayuntamiento de Calella no piensa seguir tolerando que se lleve a cabo este itinerario. "Ya hemos hablado con las agencias que promueven estas actividades para mostrar nuestra desaprobación; hemos iniciado inspecciones para evitar el consumo de alcohol por parte de menores y estamos controlando los locales donde se llevan a cabo estas ofertas", explicó el alcalde de Calella, Josep Bassart.
En el municipio vecino de Malgrat, su alcaldesa, Conxita Campoy, comparte la actitud de Bassart. "Si me entero de que se organizan estas rutas de la bebida, denuncio a los responsables de inmediato. Porque además es muy triste que los recuerdos que un turista se pueda llevar de nuestro pueblo sean las borracheras que pilló", afirma.
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