Arafat y Abu Mazen se enzarzan en una abierta disputa por el control de las fuerzas de seguridad

En lo que constituye un nuevo ejemplo de bicefalia en el seno de la Autoridad Palestina, el presidente, Yasir Arafat, y el primer ministro, Abu Mazen, han vuelto a retomar el pulso que mantienen por el control de las fuerzas de seguridad desde que tuviera lugar el nombramiento del actual Gobierno. Entonces, Arafat utilizó su derecho de veto para impedir que el coronel Mohamed Dahlan -hombre próximo a la CIA estadounidense y aliado de conveniencia de Abu Mazen- fuera nombrado ministro del Interior. Por este motivo, Abu Mazen se reservó para sí la cartera correspondiente y colocó como adjunto a Dahlan, en calidad de ministro de Estado para Asuntos de Seguridad. Mientras, Arafat se reservó el control sobre dos servicios de seguridad, liderados por gente de su confianza: las Fuerzas de Seguridad Nacional en Cisjordania y en la franja de Gaza, y el Servicio de Inteligencia General.

Presionado por el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, tras el último atentado terrorista perpetrado en Jerusalén, para que ponga estos dos servicios a las órdenes de Abu Mazen, Arafat respondió sacando un conejo de la chistera, al proponer al veterano general Nasser Yussef para que pase a ser el nuevo titular de Interior. El Comité Central del movimiento Al Fatah aprobó el nombramiento por unanimidad. Asimismo, recibió el apoyo de la OLP, de la que el propio Yussef es miembro desde hace años.

Sorprendidos por esta maniobra del Rais, encaminada a transmitir el mensaje de que, como ayer señaló el ministro de Información, Nabil Amro, "sin la cooperación de Yasir Arafat nunca lograremos hacer progreso alguno", Abu Mazen y Dahlan inicialmente se declararon a favor del nombramiento. De cualquier forma, la cuestión tiene que ser discutida por el Consejo Legislativo (Parlamento) y por el Ejecutivo que dirige Abu Mazen antes de que se tome una decisión firme al respecto.