Los subcontratados de la planta de Repsol en Puertollano inician un paro de tres días
La concentración por la explosión en la refinería acaba con incidentes
Los trabajadores del medio centenar de empresas subcontratadas en el complejo de Repsol YPF, en Puertollano (Ciudad Real) convocaron ayer durante una asamblea espontánea tres días de paros para demandar mayores medidas de seguridad que eviten accidentes como el que el jueves pasado costó la vida a seis empleados de la planta. La decisión se tomó horas antes de que en Puertollano se celebrase una concentración de repulsa por la cadena de accidentes en el complejo, que acabó con enfrentamientos verbales y físicos entre trabajadores y dirigentes de CC OO y UGT.
El medio millar de subcontratados de la planta de Repsol comenzaron a concentrarse ante la puerta del complejo a partir de las 08.00. Tras varias horas de protestas, los trabajadores decidieron adoptar medidas de presión al margen de los sindicatos.
La decisión unánime de los concentrados fue decretar tres días de paro, denominados "jornadas de luto", para exigir medidas de seguridad que "garanticen que los trabajadores desempeñen sus funciones con total seguridad e impidan la sucesión de accidentes en este complejo", declaró uno de los concentrados. Además, durante los tres días celebrarán diariamente concentraciones ante la puerta nueve del complejo petroquímico.
La adopción de las medidas de presión cogió por sorpresa a los dirigentes sindicales de Comisiones Obreras y UGT, quienes, no obstante, inicialmente disculparon a los subcontratados al entender que una medida así era "previsible", debido al enfado generalizado de los empleados por la sucesión de accidentes.
El paro afectará a la reanudación de la actividad en la planta de Repsol-YPF. La primera medida adoptada fue la constitución, ayer, de una comisión interna de investigación, compuesta por siete técnicos de la empresa y cinco de los sindicatos, que tiene previsto iniciar sus trabajos hoy mismo. Hasta que no se evalúen las causas de la explosión en el depósito de gasolina y se valoren los daños, no podrá volverse a la actividad.
Fuentes de la petroquímica reconocieron ayer que los paros van a afectar a la reanudación de la producción. "No hay actividad, puesto que la planta se encuentra en situación de parada segura y de emergencia parcial, pero si el trabajo de las subcontratas se retrasa, obviamente, todo lo demás se retrasará", aseguraron.
Concentración tumultuosa
Además, la empresa está valorando adelantar la parada general de la factoría, que estaba prevista para los meses de septiembre u octubre, ya que de momento, dijeron, "no hay plazo para la vuelta a la actividad".
La concentración fue el paso a otra convocada para las ocho de la tarde por los sindicatos Comisiones Obreras y UGT en la Concha de la Música del paseo San Gregorio de Puertollano. Este acto de protesta apenas pudo celebrarse con normalidad debido a las constantes increpaciones dirigidas a los líderes sindicales por parte de trabajadores de Repsol y subcontratados allí presentes. Unas 3.000 personas se concentraron en dicho paseo, donde los líderes comarcales de UGT, Ezequiel Castillo, y de CC OO, Fulgencio Ruiz, trataron de leer un manifiesto conjunto.
Sin embargo, los gritos de "Fuera, fuera" y de "asesinos" dirigidos a ambos dirigentes, impidieron que se pudiera escuchar con claridad el contenido del manifiesto leído en presencia de los máximos dirigentes de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, respectivamente.
Ante una pancarta con un crespón negro que rezaba: "Accidentes, ni uno más", ambos dirigentes sindicales exigieron mayores medidas de seguridad a Repsol-YPF, así como unidad de acción entre todos los trabajadores. A pie de estrado, Fidalgo dijo que si es necesario cambiar las instalaciones o la organización del trabajo, hay que hacerlo rápido porque ya no se pueden aguantar más situaciones como ésta. La concentración terminó con grupos de trabajadores persiguiendo a los líderes comarcales de UGT y CC OO, y con la salida precipitada de Cándido Méndez entre empujones.
Los indignados trabajadores justificaron así su actitud: "Repsol, con todo lo que gana, sólo se toma en serio la seguridad y hace modificaciones cuando hay accidentes y muere algún trabajador". Sin embargo, fuentes sindicales como de la propia Repsol indicaron que la compañía cumple "con los estándares de seguridad del sector".
Un portavoz de Repsol agregó que tanto los contratados de la firma como los subcontratados participaron en el último simulacro de accidente y añadieron que todos reciben la formación adecuada. Los cuatro trabajadores que continúan ingresados en los hospitales madrileños de La Paz y Getafe, permanecen "muy graves", según los partes médicos.
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