Repsol cree que una fuga de gas en una planta de destilación causó el incendio de Puertollano

El presidente de Repsol, Alfonso Cortina, identificó ayer una unidad de destilación como posible fuente de la fuga de gas que originó el jueves una deflagración en la planta de Puertollano y causó la muerte a cinco operarios. La persistencia del fuego en el séptimo y último tanque de la serie que ha ardido impedía acercarse ayer a esta unidad "sospechosa". La comisión de investigación del accidente, constituida paritariamente por técnicos de la compañía y sindicatos, cree que el lunes se podrá acceder a esta unidad que según Cortina "dará pistas sobre la explosión".

Además de esa comisión, el Gobierno de Castilla-La Mancha creará la suya propia para tratar de esclarecer lo sucedido.

En la reunión de más de una hora que mantuvieron el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, y directivos sectoriales del sindicato con ejecutivos de Repsol, el presidente de la compañía Alfonso Cortina, reconoció la gravedad del accidente y anunció su propósito de no escatimar medios para clarificar sus causas.

Méndez destacó que Cortina mostró su interés "sincero y profundo" por averiguar el origen de la explosión. El líder sindical destacó que el accidente no tiene relación con otros ocurridos en la misma planta de Puertollano con anterioridad, hecho también destacado por CC OO. Su portavoz José Ramón Sánchez reconoció que se han mejorado los sistemas de prevención en el ámbito de la seguridad personal pero los cinco muertos y todos los quemados demuestran que estos sistemas son insuficientes y tendrán que mejorar para evitar que se repitan los accidentes.

Fuentes de la compañía informan de que la clave del incidente está en localizar la causa que provocó la acumulación de gases. ¿Escaparon de algún tanque por el mal funcionamiento de alguna válvula? ¿De qué lugar salieron? Igualmente habrá que averiguar por qué se calentaron hasta alcanzar temperaturas de 200 y 300 grados y cuál fue la chispa, el agente que generó la explosión.

A mediodía, bomberos y técnicos de toda España que se turnan para mantener controlado el fuego, detectaron una grieta en el cubeto donde están ubicados los tanques incendiados. De no repararse, el fuego se habría extendido hacia otras zonas del complejo petroquímico.

Entre tanto el tanque número siete, el más grande de los que integran el cubeto (área protegida y aislada del resto de las instalaciones de almacenamiento) ardía con fuerza. El humo no salía tan vertical ni tan negro como el día anterior. Según el presidente de la petrolera cuando el volumen del combustible residual disminuyó lo suficiente, se inundó el cubeto con espuma, lo que permitió sofocar totalmente el incendio en seis de los tanques, aunque el séptimo permanecía ardiendo.

El uso de los espumantes y de agua así como la baja presión atmosférica existente ayer sobre la zona de Puertollano dispersó en horizontal la columna de humo, esta vez no tan grisácea, pero en dirección contraria a Puertollano. Especialistas de AENA (operadora estatal de aeropuertos), trabajaban junto a los bomberos en rociar con agua otros tanques aledaños al cubeto, para refrigerarlos y evitar por todos los medios que entraran en contacto con el fuego, ya que contienen butano y propano y en caso de incendiarse, la explosión del complejo petroquímico sería inevitable. No obstante, Repsol intentó evacuar su contenido y el de otros tanques a lo largo del día para evitarlo.

Consumirse las llamas

El objetivo prioritario de los bomberos era extinguir el fuego del tanque siete, el mayor de todos los que se han quemado y que en conjunto albergaban más de ocho millones de litros de gasolina sin plomo.

Fuentes de Repsol señalaban ayer por la tarde que el fuego estaba controlado y esperaban la desaparición de las llamas en cuanto se consumiera todo el combustible que quedaba, probablemente en esta madrugada.

Cortina subrayó en una comparecencia pública que hay una unidad de destilación de crudo "afectada que puede dar pistas de cuál es el origen de la explosión". El presidente de Repsol dio por extinguidas prácticamente las llamas de la refinería que continuaba en "parada segura". Al atardecer sólo había fuego en dos puntas de haces de tuberías que estaban siendo delimitadas para proceder a su identificación y cierre.

Representantes sindicales presentes en el sepelio del joven Roberto Fernández Murillo denunciaron el creciente recurso de las grandes compañías en subcontratar tareas a pequeñas empresas, que no facilitan suficiente formación de prevención de riesgos laborales a sus trabajadores.