Un vertido de gasóleo fuerza el desalojo de los bañistas en la playa de Tossa

Los aspirantes a bañistas que en la mañana de ayer llenaban la playa Gran de Tossa de Mar (Selva) tuvieron que elegir entre limitarse a contemplar el mar desde la arena o cambiar de playa. Una gran mancha de gasóleo desaconsejaba el baño y obligó a izar la banda roja. El vertido, que procedía de un hotel, se descubrió el jueves por la noche, cuando unos vecinos alertaron al Ayuntamiento de que el agua olía a petróleo. A primera hora de la tarde, la playa recuperó la normalidad, aunque se mantuvo la prohibición de bañarse en la zona de Es Racó, por donde se filtraba el gasóleo.

La imagen de la playa Gran de Tossa por la mañana era insólita: un sol de justicia, la arena abarrotada de toallas y turistas y nadie en el agua. Socorristas y agentes de la Policía Local se encargaban de informar de la prohibición a todo aquél que se acercaba a la orilla. "No hemos tenido ningún problema; la respuesta de la gente está siendo muy buena. Lo entienden", explicaba la socorrista Silvana Carrato.

La gente lo entendió, pero no por eso dejó de bañarse, aunque los bañistas respetaron la prohibición y buscaron otros lugares para zambullirse. "Es muy jodido estar en la playa y no poderse meter en el agua, de modo que me he ido a bañar aquí al lado, en la cala Codolar, y ahora cuando el calor aprieta voy a refrescarme a las duchas", se consolaba un turista. Como él, muchos veraneantes de Tossa buscaron otras playas para refrescarse hasta que la playa se reabrió al baño, a primera hora de la tarde.

Durante todo el tiempo que el baño estuvo prohibido, tres embarcaciones de la Agencia Catalana del Agua (ACA) trabajaron para diluir la mancha. Las tareas de limpieza centraban sus esfuerzos en ir removiendo el agua con difusores porque en el mar no se puede utilizar ningún tipo de producto químico, para intentar diluir la mancha.

En total, se vertieron al mar 20 litros de gasóleo, que se acumularon en la playa Gran arrastrados por el viento. El gasóleo llegó al mar a través de la desembocadura de aguas fluviales, donde fue a parar a raíz de una conexión deficiente cuando una cuba suministraba a un hotel de la localidad.

Fuentes municipales explicaron que el gasóleo se desperdigó sin que se llevaran a cabo los trabajos preventivos que suelen hacerse ante este tipo de percances para impedir que llegue al mar. Normalmente, ante casos similares se tapona la zona afectada y se absorbe el gasóleo, con lo que se evita que éste se extienda.

En esta ocasión, no obstante, este trabajo no se realizó, según afirman las fuentes municipales consultadas. Por tanto, el gasóleo fue pasando a las aguas fluviales y de allí acabó llegando al mar. Las mismas fuentes explican que, pese a ello, en principio no está previsto multar al hotel ni tampoco a la empresa que le suministraba el gasóleo.

A lo largo de la noche del jueves la mancha fue creciendo y las autoridades acordaron prohibir el baño a primera hora de ayer. La decisión se tomó de común acuerdo entre los responsables municipales y el Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat, que constituyeron un minigabinete de crisis.

Ningún peligro

La alcaldesa de la localidad, Pilar Mundet, del Partit dels Socialistes (PSC), explicó que el baño se prohibió únicamente por precaución. "Un suceso de este tipo justo en este momento del año, con la playa llena, es alarmante, pero no ha existido peligro en ningún momento para los ciudadanos", aseguró la alcaldesa de Tossa.

El año pasado, también en pleno agosto, algunas playas del Maresme y de Barcelona tuvieron que cerrarse a los bañistas como consecuencia de los residuos sólidos que llenaban el mar. En aquella ocasión, la basura llegó al agua arrastrada por la lluvia durante un temporal. La Agencia Catalana del Agua llegó a retirar hasta 80 metros cúbicos de basura sólo en el Maresme.