Kelly acusó en una cinta al Gobierno británico de exagerar el informe sobre armas de Irak
Los periodistas de la BBC apuntan a Downing Street como foco de las quejas del científico
El científico británico David Kelly, cuya muerte es objeto de una investigación judicial en Londres, transmitió a tres periodistas de la BBC su malestar por la interferencia del Gobierno británico en ciertos aspectos del informe de los servicios secretos sobre las armas de Irak. En una conversación que ayer se reprodujo ante el juez Hutton, el experto en armamento biológico sostiene que la oficina de prensa de Tony Blair exageró la capacidad bélica de Sadam Husein. En el tercer día de toma de declaraciones ante el juez Hutton, dos periodistas de la BBC apuntaron hacia Downing Street como origen de las quejas de David Kelly en torno al informe sobre armas iraquíes, publicado el pasado septiembre.
El científico objetó particularmente sobre la referencia al plazo de "45 minutos" del que Sadam Husein dispondría para lanzar un ataque biológico y que el propio Ministerio de Defensa aceptó posteriormente como procedente de una única fuente. "Estaban desesperados por [tener] información... estaban forzando mucho para obtener información que pudieran difundir... esa [referencia] surgió y se adhirieron a ella... fue desafortunado que así sucediera", señaló Kelly a Susan Watts, corresponsal de ciencia de Newsnight, el telediario del segundo canal de la BBC en una conversación telefónica que la periodista de esta cadena grabó sin solicitar su permiso. La insistencia de la oficina de Blair por mantener dicho ultimátum creó, según se escuchó decir a Kelly, "una disputa entre los servicios secretos y Downing Street".
A lo largo de la grabación, que ayer se reprodujo en la sala del Alto Tribunal de Londres, Kelly admite que fue difícil presentar objeciones en la fase final de la redacción del polémico informe porque "la gente en lo alto de la escalera no quería escuchar ciertas cosas". "Uno de los problemas con el informe es que se presentó en blanco y negro sin ninguna noción cuantitativa o cualitativa. O tenían armas o no tenían", señala.
El científico y anterior miembro del equipo de inspectores de armamento de la ONU pensaba que Irak tenía armas aunque éstas no presentaban una grave amenaza. "El problema es que, sin un proceso de inspección, y eso forma un genuino método de disuasión, las desarrollarían. Ahí estaba el principal motivo de preocupación que todos teníamos: no tanto lo que tienen ahora como lo que tendrían en el futuro. Desafortunadamente eso no se expresó con fuerza en el informe porque es algo que debilita el caso para ir a la guerra", explica en la grabación.
Kelly mantuvo esta conversación el 29 de mayo pasado, horas después de transmitirse el reportaje radiofónico de Andrew Gilligan, que dio origen a la polémica entre la BBC y el Gobierno de Tony Blair. El científico prescinde en esta ocasión de identificar a Alastair Campbell, director de comunicación del primer ministro, como motor de la interferencia política. Lo había admitido a la misma periodista semanas atrás, pero esta vez intentó protegerse las espaldas: "Sólo puedo decir que fue la oficina de prensa de Downing Street. No conozco personalmente a Alastair Campbell. Pero... creo que Alastair Campbell es sinónimo de esa oficina de prensa porque él es su responsable".
A un tercer periodista de la BBC, Gavin Hewitt, Kelly explicó que el informe había pasado por la criba mediática del número 10 de Downing Street. "Él creía que Irak poseía armas de destruccción masiva, pero que éstas no constituían una amenaza". Hewitt también interpretó que "se añadió y aportó material" al informe sobre armas una semana "frenética" previa a su publicación. El documento final causó, dijo el reportero recordando las palabras de Kelly del pasado 29 de mayo, un "desasosiego de bastante sustancia" en el científico. El cuerpo sin vida de Kelly se descubrió dos semanas después.
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