Salud: Andalucía por delante

En el último Consejo de Ministros, antes de las vacaciones veraniegas, el Gobierno central aprobó el envío al Congreso de un proyecto de ley que permitirá el uso para fines de investigación de los embriones humanos sobrantes de los programas de fecundación in vitro. Cuando en el próximo otoño, este proyecto de ley comience a dar sus primeros pasos en el trámite parlamentario, el Parlamento de Andalucía habrá ya aprobado una ley que hará posible estas investigaciones con células madre en Andalucía. Seguramente, y por paradójico que resulte, nuestra ley se aprobará con el voto en contra o la abstención de los diputados del PP de Andalucía. Podrían estos diputados haberse sumado a nuestra iniciativa, como lo podrían haber hecho cuando, también ha instancias del Gobierno socialista de la Junta, aprobamos un decreto, único en España, que garantiza que ningún enfermo deba esperar más de seis meses para ser intervenido quirúrgicamente de un proceso no urgente, o cuando hemos aprobado que los enfermos afectos de procesos graves o complicados puedan obtener una segunda opinión médica. O cuando hemos puesto en marcha una norma para garantizar a los enfermos el derecho a una muerte digna, mediante el ejercicio del testamento vital.

Siempre ocurre igual: El Partido Popular nos critica fieramente, para después plegarse y hacer, a regañadientes, lo que ya es una realidad en Andalucía. Por mucho que les pese, durante estos últimos años, Andalucía ha ido por delante en el desarrollo de una arquitectura de derechos de los pacientes que es hoy referente para todos los sistemas sanitarios públicos de España. No hablo sólo de derechos subjetivos de los pacientes: estamos por delante en número de trasplantes de órganos por millón de población, en cobertura pública de salud buco dental infantil, en programas socio sanitarios de salud mental, en informatización de los dispositivos y sistemas sanitarios, o en la implantación de un sistema de calidad que ahora tratan de aplicar otras comunidades autónomas.

El artículo publicado en el diario EL PAÍS Andalucía por el ex diputado del PP en el Congreso, don Manuel Seco Gordillo (Cerrado por vacaciones, 5 de agosto de 2003), es, por los errores que maneja, profundamente injusto. Pues el sistema sanitario andaluz, como los demás sistemas sanitarios, no está de vacaciones. Trata de seguir resolviendo los problemas de salud que se plantean a la población y, al mismo tiempo, cumple con sus profesionales, muchos de ellos insustituibles, a los que permite disfrutar de su derecho a las vacaciones de verano. A veces, estos dos derechos, el de los profesionales y el de los enfermos, pueden colisionar, entrar en conflicto. Por no hablar, también, de la necesidad que tiene toda estructura que funciona sin interrupciones los 365 días del año a someterse a una puesta a punto. Pero estos conflictos se evitan de la única manera que es posible: jerarquizando los derechos, estableciendo las prioridades que haya menester. Si durante el resto del año, el número de ingresos programados, es decir, aquellos que no son urgentes, representan el 60% del total de los ingresos hospitalarios, siendo los urgentes el 40% restante, en estos dos meses de verano se pueden disminuir las actuaciones no urgentes posponiéndolas para septiembre una vez que todos los profesionales han regresado, y, al mismo tiempo, asegurando que ningún proceso que requiera de una actuación inmediata dejará de ser tratado con la urgencia que el caso merezca. Ahí están los ejemplos de los casos de "golpe de calor" o de los frecuentes traumatismos cráneo-encefálicos por accidentes de tráfico. Ninguno queda sin recibir la respuesta adecuada.

Como cualquier diputado, y eso el señor Seco Gordillo lo debe saber, he podido acceder a una serie de datos que pueden resultar ilustrativos: el sistema sanitario público de Andalucía ha empleado más de 100 millones de euros en contrataciones extraordinarias para asegurar la eficacia de sus servicios durante los meses de verano de este año, lo que supone casi 1,5 millones de jornadas contratadas. Ello va a contribuir a que cada día, en el conjunto de nuestros hospitales públicos, se atiendan más de 8.000 urgencias, se ingrese a casi 1.500 enfermos, o se practiquen 840 intervenciones quirúrgicas.

Habría que saber si el resto de los servicios públicos (de titularidad pública o privada, como el caso de Endesa) van a conseguir estar a la altura que, con el esfuerzo de todos, ha alcanzado el sistema sanitario público de Andalucía.

Antonio Núñez Roldán es portavoz de Salud del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz.