La familia de Sadam Husein se desintegra
El ex dictador iraquí llama de nuevo a la resistencia tras la muerte de sus hijos y el exilio de dos de sus hijas en Jordania
En el momento en que el lazo de las tropas estadounidenses ha alcanzado su punto más estrecho en la búsqueda de Sadam Husein, el depuesto dictador hace una nueva aparición en forma de grabación magnetofónica. La cadena satelital Al Yazira difundió ayer una nueva cinta atribuida a Sadam, en la que insta a "desalojar" a los "ocupantes" de Irak. En el mensaje, supuestamente grabado el 27 de julio, afirma que "para que regrese la normalidad debe continuar la yihad" (guerra santa), y pide que se suspendan los saqueos, aunque anuncia que "aquellos que se hayan apropiado de un vehículo o cualquier otro bien público pueden considerarlo como un regalo del Estado". Hasta ahora, la CIA ha reconocido que todos los mensajes emitidos tienen altas posibilidades de ser auténticos. En el último de ellos, Sadam afirmaba que sus dos hijos Uday y Qusay, muertos por las tropas estadounidenses en Mosul, se habían convertido en mártires.
Parte de lo que alguna vez fue la familia más prominente de Irak: las dos hijas mayores de Sadam, Rana, de 34 años, y Ragad, de 32, llegaron el jueves a Jordania con sus nueve hijos, donde han recibido la protección del rey Abdalá II.
Entrevista en televisión
La cadena Al Arabiya emitió ayer una entrevista con Ragad, la primera con un miembro de la familia desde la guerra, en la que la hija de Sadam dice que su padre fue traicionado al final del conflicto y que por eso fracasó la resistencia en Bagdad. "Aquellos que se consideraban la mano derecha le traicionaron, pero ante todo se traicionaron a sí mismos y a su país", dijo. Ragad afirmó que desde la caída del régimen no ha vuelto a ver a su padre ni a su madre.
Rana y Ragad ya se habían refugiado en Jordania en 1995 ante la caída en desgracia de sus esposos, los también hermanos Husein y Sadam Kamel,
hasta entonces importantes jerarcas del régimen. En una prueba de que la represión del régimen en Irak no perdonaba ni siquiera a los miembros de la familia, ambos fueron asesinados brutalmente en febrero de 1996, tras ser engañados con una promesa de regreso seguro al país. Uday esperó a sus hermanas y sus maridos en la frontera. De inmediato fueron separados, física y legalmente, por medio de un divorcio forzado, tras lo cual los hombres fueron asesinados. La operación fue supervisada por otro miembro de la familia: Alí el Químico, tío por parte de padre de los muertos. La saña que se puso en el caso se hizo evidente en el exterminio de la familia de los ex maridos; además de Husein y Sadam, los hombres del régimen mataron el mismo día al padre, un hermano, dos hermanas y sus cinco hijos. Sólo uno de los hermanos escapó a la matanza. La vida de Rana y Ragad transcurrió a partir de entonces en Irak, junto a su madre, Sajida, de quien se ignora su paradero. Sadam tiene una tercera hija, Hala, cuyo marido fue detenido por las tropas de EE UU.
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