El Ejército de Israel reprime duramente una protesta contra el muro de separación
Bush y Sharon tratarán hoy en Washington sobre la valla entre los palestinos e israelíes
Al menos cinco manifestantes resultaron heridos en los incidentes ocurridos ayer junto a una de las puertas del muro de separación entre Cisjordania e Israel. El trazado de esta polémica obra faraónica será uno de los puntos en la agenda de la entrevista que el primer ministro, Ariel Sharon, celebra hoy en Washington con el presidente estadounidense, George W. Bush. Coincidiendo con esta octava visita de Sharon a la Casa Blanca, el Ejecutivo hebreo anunció la inminente emisión de un importante número de permisos para jornaleros y pequeños comerciantes palestinos de Belén y la franja de Gaza.
La construcción del muro de separación de Cisjordania volvió a convertirse en objeto de controversia en la víspera de la octava entrevista entre Sharon y Bush, quien recientemente calificó esta cuestión como "problema". La oficina del portavoz militar confirmó que una unidad del Ejército, apoyada por otra de la policía, se vio obligada a hacer uso de sistemas antidisturbios para hacer frente a un grupo de manifestantes que intentaban dañar la puerta que comunica el pueblo de Anín con el área autónoma de Yenín. El mencionado portavoz militar reconoció haber herido a varios de ellos por impacto de balas de acero recubiertas de caucho.
El que peor parado resultó fue un joven estadounidense que fue alcanzado en una pierna por un disparo efectuado a corta distancia y tuvo que ser llevado al hospital. Otros cuatro manifestantes, que fueron alcanzados en la espalda y el abdomen, fueron atendidos por personal sanitario en el lugar de los hechos. Varios manifestantes más resultaron afectados por la inhalación de gases lacrimógemos, según aseguró a este diario uno de los activistas del Movimiento de Solidaridad Internacional, que justificó la acción como reivindicación del "derecho de los agricultores palestinos a cultivar los terrenos que han quedado cerrados por el muro". Según la misma fuente, el número de manifestantes rondó los 300 -de ellos, 200 son palestinos; 50, extranjeros, y otros 50, israelíes, estos últimos relacionados con los grupos pacifistas Gush Shalom y Ta'ayush-. Por su parte, el portavoz militar redujo el número a la mitad.
Los incidentes ocurridos junto al muro, que ayer recibió la aprobación de una nueva partida presupuestaria de 750 millones de shequels (unos 150 millones de euros) por parte de la Comisión de Hacienda de la Knesset, volvieron a llevar el tema ante el debate público. El ex secretario del Gobierno y actual diputado por el Likud, Gideon Sa'ar, salió al paso de aquellos que abogan por construir las fases más fáciles ahora y dejar los problemas (como, por ejemplo, que haya de pasar por el contorno del asentamiento de Ariel, la primera colonia que recibió el estatus de ciudad israelí) defendiendo la tesis contraria.
"Yo construiría las partes controvertidas ahora para hacer ver que nadie, incluso nuestro gran amigo , puede dictar algo en lo relacionado con la seguridad de Israel", declaró Sa'ar.
Medidas de confianza
El Ejecutivo hebreo anunció ayer que emitirá nuevos permisos de entrada en Israel para algunos miles de trabajadores palestinos, a modo de medida de confianza para impulsar la nueva dinámica de negociaciones y la aplicación del plan de paz conocido como Hoja de Ruta. Según un comunicado de la oficina del primer ministro, 18.000 permisos serán entregados a los jornaleros y 2.000 más a pequeños comerciantes de la franja de Gaza.
Asimismo, otros 2.000 irán a jornaleros y otros 1.000 más a pequeños comerciantes de Belén, la única área autónoma de Cisjordania de la que se ha retirado oficialmente el Ejército israelí, que se podría retirar de dos más,probablemente Qalquilia y Tulkarem, durante los próximos días.
Otra medida de confianza adicional fue la evacuación de un enclave ilegal instalado por los colonos del asentamiento de Kiryat Arba. Aunque esta medida no supuso más que un gesto simbólico, dado que la mayoría de estos embriones de asentamientos, considerados ilegales, siguen sin ser desmantelados. En sentido contrario, el del recelo y la desconfianza mutua, se interpretó el descubrimiento del cadáver de un joven soldado israelí que llevaba desaparecido desde hacía una semana.
A juicio de la policía, el soldado fue aparentemente secuestrado y asesinado por palestinos, no por motivaciones criminales, sino "nacionalistas". No obstante, el ministro de Defensa de Israel, Saul Mofaz, se negó a emitir juicio alguno sobre el caso "hasta disponer de todas las evidencias posibles".
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